Hacia la contraescuela
La Escuela del Mundo del Revés, Eduardo Galeano
APORTES PARA EMPEZAR A PENSAR EN LA CONTRAESCUELA
Eduardo Galeano escribía estas palabras ante la ignominia de la desvastación producida por el neoliberalismo y las invasiones imperiales. Sin embargo, no dejaba de propiciar uncambio esperanzador Cuando las leo implicándome desde mi rol docente no puedo dejar de considerarlas una interpelación y a la vez un desafío.
La realidad política de los Estados de la Patria Grande Latinoamericana y la de nuestra Nación Argentina nos posicionan en un contexto inmejorable para poner en jaque, es decir , en debate y en situación de profunda transformación ,absolutamente todo el sistema educativo.
Hay un umbral indispensable para avanzar hacia los cambios profundos que está relacionado sin duda con la infraestructura, el equipamiento escolar y la equidad en y para el acceso, permanencia y promoción de niñas/os, jóvenes y personas adultas al sistema educativo . Sólo la mezquindad política o una postura ideológica liberal y gorila puedemenospreciar o tratar de invisibilizar lo realizado por el gobierno nacional en este sentido y cuyos efectos pueden observarse en la cotidianeidad de la vida escolar: Asignación universal por hijo, ley de financiamiento educativo, ley nacional de educación, ley de educación técnica, conectar igualdad, sistema de becas, construcción de escuelas, equipamiento didáctico y tecnológico, Plan Fines, Becas delBicentenario, canal Encuentro para mencionar los logros más significativos en este sentido y que constituyen una política de Estado desde el 2003 a la actualidad.
Estamos entonces en un momento inmejorable para soñar esa otra realidad, de transitar el camino de la construcción de la contraescuela . Demandará de nosotras/os las y los docentes una reflexión sin cortapisas ni concesiones quenos exculpen. Podemos empezar por preguntarnos si los mejores sueldos que podamos imaginar, las mejores escuelas desde la infraestructura al mobiliario y equipamiento, la concentración horaria, grados o cursos de 25 alumnos podrán borrar ese sentimiento de malestar que sentimos tanto docentes como alumnos/as.
Hace unos años, luego de una plenaria que había girado exclusivamente sobre el“comportamiento indisciplinado de los alumnos” donde se proponían a modo correctivo “tomar medidas drásticas”, decidí reflexionar por escrito al respecto. En uno de sus tramos señalaba entonces “Elegimos esta profesión de enseñar y aprender, elegimos ser profesores/as de hisotria, de literatura, de contabilidad, de música, de matemáticas, de ciencias naturales , no biólogos/as, historiadores/as,literatos o escritoras, contadores/as, abogados/as, músicos/as, artistas, científicos/as, traductores/as , sino que elegimos enseñar, transmitir, construir, aprender, reveer lo aprendido, mantenernos informados para que con la contraparte insoslayable, imprescindible, irrefutable que son las y los alumnas/os poder compartir el prodigioso encuentro que debe ser el hecho educativo.
Sin duda,esta elección que hemos hecho lleva implícito el deber irrenunciable, un deber por cierto profundamente ético, de poner en jaque nuestras estrategias, nuestros comportamientos, nuestras creencias , nuestras conductas, nuestras metodologías. Porque en esta relación, somos los y las primeros/as responsables. Porque así lo indica nuestra condición etárea, nuestra responsabilidad institucional,...
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