Heinz hartmann

INTRODUCCIÓN

Es indudable que el surgimiento del psicoanálisis imprimió un gran impulso al desarrollo de la psicología moderna. Lo que hasta finales del siglo XIX y principios del siglo XX sehabía reducido al estudio de los contenidos de conciencia a través de la introspección y a la simple medición de umbrales de reacción, cedió el paso en forma súbita y violenta a una aproximación teóricacuyo centro primordial de interés lo constituían los fenómenos patológicos.
Con el transcurso del tiempo, el psicoanálisis fue ampliando la aplicación de sus construcciones hipotéticas a camposdiversos: la sociología, el arte, la antropología, etc. Sus puntos de vista, revolucionarios en aquella época, sobre la existencia de una dimensión inconsciente de nuestra personalidad, le valieron tantoenconadas críticas como la adhesión incondicional de grandes sectores dentro de la psicología y de la psiquiatría.
Sin embargo, a pesar del notable desarrollo alcanzado por el psicoanálisis en tan pocotiempo, esta corriente adolecía de dos grandes fallas:
a) Su poder explicativo era insuficiente para abarcar procesos de conducta ligados exclusivamente a la adaptación, y
b) No constituíaun verdadero sistema teórico, a partir del cual pudieran derivarse deductivamente una serie de enunciados.
En contraste, los psicólogos de la corriente conductista ya iniciaban la difícil tarea deconstruir sistemas formales que fueran susceptibles de cuantificación. Todo ello obligó en forma imperiosa a que dentro del psicoanálisis se comenzara a conceder una importancia creciente a aquellosprocesos y fenómenos que pertenecían tradicionalmente al campo de la psicología experimental: memoria, percepción, motricidad, formación de conceptos, etc.
El psicoanálisis, por el hecho de haberseoriginado como una teoría de las neurosis, hacía hincapié fundamentalmente en los procesos de naturaleza instintiva y en la forma en que se traducían en síntomas o desórdenes de la personalidad. El...