historia de un cañoncito
En la Real Audiencia, los oidores convocaron a los notables a cabildo, se discutió muy rápidamente el asunto yse extendió el acta que reconocía a Gonzalo Pizarro como gobernador. Cuando le llegó su turno al oidor Zárate, antes de firmar escribió: “Juro a Dios y a esta cruz que firmo portres motivos: por miedo, por miedo y por miedo.”
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El oidor Zárate vivía con su hija Teresa, muchacha de veinte años linda desde el zapato hasta la peineta y que tenía suquebradero de cabeza con Blasco de Soto, alférez de las tropas de Carbajal. Cuando Blasco pidió la mano de Teresa a su padre, se vio rechazado. No se rindió, sino que le contó aCarbajal.
—¡Como se entiende! —grito furioso don Francisco— Vamos, que como soy Francisco de Carbajal, mañana te casas. Yo apadrino tu boda y basta.
Carbajal llegó a casa del oidory sin andarse con rodeos pidió la mano de su hija para su alférez. El pobre Zárate, acorralado, escribió ante el notario su consentimiento: “Conste por esta señal de la cruz queconsiento por tres motivos: por miedo, por miedo y por miedo”.
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Así se hizo proverbial en Lima esta frase: Los tres motivos del oidor. Cuentan que poco después del matrimoniode la hija, Zárate cayó gravemente enfermo y cuando recibió la Extremaunción llegó a visitarlo Carbajal y le dijo:
—Vuestra merced se muere porque quiere.
—No,mi señor donFrancisco —contestó el enfermo—; me muero, no por mi voluntad, sino por tres motivos…
—No los diga que los sé —interrumpió Carbajal y salió riéndose del aposento.Por Alvaro Felipe
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