Historia política colombiana

En el documento La paz esquiva del Caguán se presentan algunas reflexiones y entrevistas que el periodista cubano Luis Enrique González realizó durante la cobertura del frustrado proceso de paz del Caguán, enero de 1999 a febrero de 2002, entre el gobierno de Andrés Pastrana y las Farc.

Como corresponsal de Prensa Latina, el autor fue observador privilegiado de las conversaciones yentrevistó al jefe de las Farc, Manuel Marulanda, mantuvo contacto sistemático con Raúl Reyes e indagó acerca de los acercamientos entre el ELN y el Gobierno, con su jefe máximo Gabino.

Durante las entrevistas, el autor se refiere a las dificultades que se presentaron durante el proceso de paz; los inconvenientes frente a la propuesta de un cese bilateral al fuego entre las partes; las exigencias delas zonas de despeje; la demandas del ELN para una zona de despeje, entre otros.

En el texto se presenta que las Farc decretaron al menos una tregua en las acciones ofensivas, mientras que los mandos castrenses ninguno, pues se mantuvieron oxigenados por la inyección monetaria y en tecnología de guerra, contemplada en el Plan Colombia.

Así mismo, se presenta que, aunque las autoridadesinsistieron en rechazar siempre el estatus de beligerancia de las Farc, se tuvo que negociar en medio del conflicto. Sin embargo, cada acción rebelde fuera del área desmilitarizada significaba un pretexto para los enemigos del proceso.


Por otro lado, en el texto de Marc Chernick, Los procesos de paz: de La Uribe (1984) a Uribe (2002) se advierte que las raíces de la violencia contemporánea sonmucho más profundas que el actual auge de exportación de droga y se remontan a viejos y enconados conflictos, cuya solución se ha aplazado durante décadas. El narcotráfico, dice, puede haber aumentado y acelerado la violencia, pero no la ha causado.
Según explica, en la historia colombiana, cada presidente ha acogido unas lecciones y asumió unas conclusiones con respecto a la gestión de suantecesor. Así, han habido dos modelos básico: agenda de negociación amplia, que abarcaba toda una gama de cuestiones económicas, políticas, y sociales; y agenda limitada, en las que las negociaciones se han restringido al cese al fuego, desarme y reincorporación. Betancurt y Pastrana representan el primer modelo, Varco y Gaviria el segundo.
De acuerdo con Chernick, las experiencias de paz previasponen de manifiesto el punto flanco de un proceso donde el Gobierno es a la vez parte del conflicto y árbitro en las negociaciones. Por lo tanto, se requiere que haya una suerte de tercera parte mediadora junto con el compromiso de permanecer en la mesa de negociaciones, pese a las provocaciones de la otra parte negociadora.
El autor se refiere también a los costos políticos de los procesos de pazfallidos. Al respecto, explica que el proceso de paz de Pastrana hubiese podido ser viable, pero fue estructurado inadecuadamente y ambas partes no pudieron o se rehusaron a adoptar las decisiones y compromisos necesarios que los habrían hecho avanzar. De esta manera, cada parte acusó a la otra de no tener suficiente voluntad política o deseo de poner fin a la guerra.
Igualmente, señala que losprocesos de paz no deben depender solo de la voluntad política, pues deben estructurarse para calmar las preocupaciones y crear dinámicas que cambien las percepciones y tácticas de cada parte combatiente.
Frente a negociar en medio del cese al fuego, el autor argumenta que este modelo de negociación solo puede llevar a la intensificación de la violencia, ya que cada parte cree, de formaequivocada, que su ventaja en la mesa de negociaciones aumenta si incrementan sus acciones militares.
“La ventaja militar no es, o no debe ser, el ingrediente central en estos procesos. Con todo, sin cese al fuego, el recrudecimiento de la violencia durante las negociaciones llevó a la mayoría de la opinión pública a volverse crecientemente escéptica respecto del proceso de paz”, señala el autor frente...