Historia

Desde hace ya varias décadas, los trabajos historiográficos han tornado su interés hacia la “gente común”. Esto coincide con el abandono del viejo paradigma Positivista -en auge durante el sigloXIX- el cual concebía como relevante sólo aquello relacionado con la política, los grandes héroes y con el “culto” al dato. Sostiene Aguirre Rojas: “Esta historiografía positivista […] también va aser […] una historia que va a tener una función muy memorística, muy nacionalista…” .
El cambio -al que se puede considerar como una verdadera “revolución”- se da a partir delconocimiento de un proceso histórico a través de la experiencia de diversos sujetos o actores sociales, que actuaron de manera individual o colectiva y movidos por distintos intereses. Surgen así, novedososestudios que tienen como protagonistas a los sectores bajos de la sociedad, las mujeres, los movimientos de campesinos, las memorias individuales y colectivas -entre otros- poniendo de manifiesto,distintas formas de lucha y de reivindicación. El historiador G. Di Meglio, concluye en uno de sus más importantes trabajos: “El poner el ojo en la plebe […] no es un mero intento de “escuchar” a losque fueron poco considerados por la historiografía sino que es necesario para comprender el período formativo de la política porteña, y también argentina.”
Estos nuevos enfoques de laHistoria, conducen además, en el caso Latinoamericano, a una cuestión más profunda: la de la identidad de los pueblos. Durante siglos, América Latina ha sido moldeada a partir de la imposicióncultural, y simbólica de las élites dominantes, cuya visión era predominantemente europeizante y etnocentrista. A partir esta nueva forma de re-construir la historia- desde una mirada multicultural- seponen bajo la lupa muchos conceptos tradicionales y arraigados. Al tener en cuenta las diversidades que enriquecen a nuestra región, se intenta tener una visión más pluralista, abriendo nuevas líneas...