Historia
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Un grave error que la formación oficialista podría cometer, por ello, es interpretar su concluyente triunfo como unaautorización o un mandato para ocupar la totalidad del campo político o para considerar que los que no pertenecen a la misma adolecen de una existencia política ilegítima (desde luego, hay elementos, por ahora minoritarios, en el campo oficial, que dan pábulo a este temor).
En cuanto a las oposiciones, uno de los peores errores que podrían cometer sería el de desesperarse. Pero esta posibilidad es elevada.Los gobiernos suelen generar sus oposiciones y si la contrapartida de un mal gobierno suele ser una peor oposición, la de un gobierno abrumadoramente victorioso suele ser una oposición fragmentada, desalentada y alterada. Claro que les esperan tiempos difíciles, y un cruce del desierto sin alivios, pero la desesperación podría arrastrarlas a un oposicionismo cerril (del que no faltan ejemplosrecientes), y autodestructivo. Entrar en la disputa de polarización y deslegitimación recíproca en la que desde la formación oficialista algunos querrían ver a las oposiciones no ayudaría nada para que la política argentina pueda sortear los peligros inherentes al desequilibrio que hoy la afecta (el hecho de que la coalición socialista haya sido la fuerza opositora más votada es positivo en esesentido, aunque no pueden desconocerse los riesgos de cooptación por parte del gobierno). En suma, conjurar los males del tremendismo político que anida tanto en la formación oficialista como en las oposiciones podrá suponer el pago de cierto precio en el corto plazo, pero resultará muy valioso para acotar las tendencias más destructivas aparejadas al desequilibrio.
La presencia de esas tendencias nosobliga a interrogarnos por la dinámica del próximo período presidencial. ¿Se tratará de una etapa diferente de aquella hasta ahora transcurrida, y que estará marcada por la necesidad de dar cuenta de los desequilibrios que se agolpan a las puertas de la Casa Rosada? ¿O se tratará de la misma etapa, solo marcada por el abrumador respaldo electoral? Probablemente ninguna de las dos cosas. Cristina severá en la necesidad de poner en juego el descomunal capital político adquirido para reconducir a la economía y al Estado argentinos por senderos sustentables, a menos que desestime la necesidad de enfrentar los desequilibrios y opte por continuar a toda ultranza la trayectoria vigente, como si un conjunto de cambios en los contextos nacional e internacional pudiera ser obviado. A todo esto, lasoposiciones no podrán eludir hacer públicas sus posturas y, en caso de que el oficialismo opte por encarar los desequilibrios, también tendrán una opción ineludible por delante, entre acompañar críticamente el cambio de rumbo u oponerse frontalmente.
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