Hoja De Trabajo

Agua el último tesoro del macizo Colombiano.

Recordando mi vida y emprendiendo nuevas luchas
Daniel B. Brunelesch Carvajal.

Ahora puedo mirar hacia mi pasado y puedo sentirme orgullosos y feliz de las cosas que he aprendido, y en gran parte esto solamente ha sido posible por el contacto con diversos conocimientos y saberes, muchos de los cuales afloran en un extraordinario territorio, deintrincados valles por donde corren presurosos los principales de Colombia. Nací y viví en el macizo Colombiano, y pude conocer muchas de sus maravillas porque desde pequeño me inculcaron la idea de que un territorio no es algo que permanece, sino una construcción continua a partir de la interacción de quienes habitan un espacio, con este, nombrándolo, viviéndolo en sus leyendas, sacralizándolo ysobretodo defendiéndolo.


Mi padre era negociante, proveía a los pequeños almacenes pueblerinos extendidos en lo que llamamos el Macizo Cultural, que es la parte central del Macizo Colombiano y donde además de la diversidad biológica se congrega una gran diversidad étnica y social. Así primero en la grupa y después en mi propio caballo iba y venía atravesando páramos y montañas, subiendocuchillas y bajando valles, conocí los tesoros que este espacio mágico ofrecía. Pero sin duda uno de los momentos más gratificantes para mí y los caballos, era poder beber el agua de las quebradas y arroyos que se desprendían de las altas rocas formando cascadas o tranquilos charcos. Era agua pura, transparente y con un sabor único que se lo daban las rocas de las cuales arrancaba innumerablessustancias que fortalecían y curaban nuestras dolencias. Ni que decir de las numerosas y esplendidas lagunas como las del Magdalena, Kusiyako, Santiago, Sucubún, Las Reginas, san Patricio y doscientas más, las que conocí en intrépidas excusiones. Para 1976, el Macizo era una región extraña aún para nosotros, sin carreteras, donde la gente vivía bucólicamente adormilado y feliz, mirando las ciudadescomo algo lejano. Nadie pensaba que el agua podría ser algo que pudiera cobrarse, pues los acueductos no existían, a los sumo eran una tubería que llegaba a las casas desde una bocatoma, sin mayor tratamiento.

Si bien entre 1954 y 1967, se habían vivido persecuciones y enfrentamientos entre liberales y conservadores, y algunos pueblos habían sido asaltados por bandoleros y chulavitas del sur,era una región tan alejada y desconocida que aparentemente ni siquiera la violencia que vivía el resto del país y se escuchaba por la radio, o se leía en los periódicos que llegaban con días de atraso. Para los niños y jóvenes la ilusión era ser escritor o ingeniero, pero para otros solamente sonreíamos escuchando las aventuras de Kalimán y Arandú en las tardes, pues eran cosas que nos ocurríana diario, cuando apartábamos los terneros, arriábamos caballos, o asaltaban las caravanas y en el pueblo se contaban los sucesos. Pero la extraña notica era que por el pueblo a altas horas de la noche pasaban grupos de guerrilleros hacia el Huila, y el miedo se apoderó de todos puesto que en esos días se abrió el último tramo de carretera que unía al pueblo con el resto del mundo, aunque por elpueblo habían pasado presidentes, ministros e incluso el mismo Camilo Torres.

Poco después también escuchamos de que había grandes cultivos de coca y había laboratorios subterráneos para producir cocaína. Me reía, porque los campesinos e indígenas siempre habían tenido matas de coca para los remedios, y los indios para mambiar. A mi padre le encargaba libritas de coca para pagar a los peonescon huevos de coca, así que entre las mulas y caballos que atravesaban el Macizo hacia San Sebastian, Caquiona, San Agustin, Quinchana, Paispamba, Guachicono, Almaguer y otros lugares siempre iba una carguita de hoja de coca y también los tullos de mambi.

En esos extraordinarios viajes conocí el puente sobre el rio Silencio, tan profundo y solitario, escuche relatos de cómo se formó la...