hola

El conde Lucanor
De lo que aconteció á un rey que quería probar á tres sus hijos.
Fabulaba un día el conde Lucanor con Patronio, su consejero, et dijo le así: «Patronio, en la mi casa se creían muchos mozos, vellos de grande guisa, et sellos que lo non son tanto, el veo en ellos muchas maneras mucho extrañas: et por el gran entendimiento que vos abecés, ruego vos que me dígales cuanto vosentendedse en qué manera pueda yo conocer cuál mozo recudiría á ser mejor.» «Señor conde, dijo Patronio, esto que me vos decides es muy fuerte cosa de decir, que non se puede saber ciertamente ninguna cosa de lo que es por venir, et esto que me vos preguntadse es por venir, et por ende non se puede saber ciertamente. Non lo que de esto se puede saber es por señales que parecen en ellos, también porde dentro como por de fuera, et las que parecen de fuera son las figuras de la cara, et el donaire, et el color, et el talle del cuerpo, et de los buenos miembros, que por estas cosas parece la señal de la complexión de los miembros principales, que son el corazón, el meollo, et el fijado. Et como quiere que estas señales son tales que non se puede por ellas saber cosa cierta, que pocas veces seacuerdan todas, et las unas señales muestran lo uno, et muestran las otras lo contrario, paso á lo mas, según son estas señales, así recuden la sobras. Et las mas ciertas señales son las de la cara, et señaladamente las de los ojos, et otrosí el donaire, que muy pocas veces fallasen estas: et non téngales que el donaire se dice por ser el home hermoso en la cara ni feo, que muchos homes sonpintados et hermosos, et non han donaire; et otros parecen feos et han buen donaire para ser homes apuestos, et el talle del cuerpo et de los miembros muestran señal de la complexión; et parece si debe home ser valiente et ligero en las tales cosas. Mas el talle del cuerpo et el de los miembros non muestran ciertamente cuáles deben ser las obras, pero con todo eso estas son las señales: et pues digoseñales, digo cosa non cierta, que la señal siempre es cosa que parece por ella lo que debe ser, mas non es cosa forzada que sea así en toda guisa, et estas son las señales de dentro, que siempre son muy dudosas para conocer lo que vos preguntades; mas para conocer los mozos por señales de fuera, que son ya cuanto más ciertas, placerme-y-a que supiese des cómo probó una vez un rey moro tres fijos quehabía, por saber cuál sellos sería mejor home.» El conde le rogó le dijese cómo fuera aquello.
«Señor conde, dijo Patronio, un rey moro había tres fijos, et porque el padre puede hacer que reine cual fijo ellos quisiere, después que el rey llegó á la vejez, los homes buenos de su tierra pidieron le por merced que les señalase cuál de aquellos fijos quería que rengase en pos del. El rey dijo lesque denle á un mes que él gelo diría; el cuando vino á ocho ó diez días, una tarde dijo al fijo mayor que otro día grande mañana quería cabalgar, et que fuese con él, et otro día vino el fijo infante mayor al rey pero non tan mañana como el rey su padre dijera; et deseque llegó dijo le el rey que se quería vestir et que le hiciese traer los paños. El infante dijo al camarero que le trajo ese lospaños, et el camarero preguntó cuáles paños quería. El infante tornó al rey et pregúntale que cuales paños quería, et el rey dijo le que el aljuba; et él tornó al camarero et dijo le que el aljuba quería el rey; et el camarero le preguntó que cuál aljuba quería, et el infante tornó al rey á gelo preguntar, et así fizo por cada vestidura, que siempre iba et venia con cada pregunta, hasta que el reytodo todos los paños, et vino el camarero, et lo vistió, et lo calzó. El des que fue vestido et calzado, mandó el rey al infante que fíjese traer el caballo, et el que los guardaba dijo le que cual caballo traería, et el infante tornó con esto al rey, et así lo fizo por la silla, et por el freno, et por la espada, et por las espuelas, et por todo lo que había menester para cabalgar, et por cada...