Iglesia y dictadura

Iglesia y Dictadura

Introducción

El libro Iglesia y dictadura expone con crudeza y realidad “el papel de la Iglesia a la luz de sus relaciones con el régimen militar”.
La Iglesia en Argentina, entendida ésta como jerarquía, no se ha caracterizado por su apertura de criterios, o su compromiso con el mundo de los pobres. Algunos medios de comunicación pretenden que en losúltimos tiempos el Episcopado argentino fue “conservador en lo teológico pero abierto en lo social” y se afirma que eso es semejante a la impronta marcada en la Iglesia por Juan Pablo II. La jerarquía ya no es la de los tiempos de la dictadura, se enfatiza que el Episcopado realizó un pedido de perdón público. Pero nunca se enfatizó debidamente la responsabilidad del poder económico en el golpe de1976 y su política genocida; el “pedido de perdón” nunca parece haber pasado de lo vagamente formal; es cierto que se habla más de los pobres, pero nunca se hace visible una Iglesia de los pobres. No ha habido un cambio sustancial en la Iglesia jerárquica argentina más allá de los nombres.
En la discusión sobre un Episcopado actualmente más sensible a lo social, aunque conservador en lodoctrinal, parece seguir siempre ausente un tema que es fundamental en la Biblia, denominado “ortopraxis”: no parece que sea ortodoxa una Iglesia que no haga suya la misma opción de Jesús, la opción por los pobres. La dictadura, declarando la guerra contra “delincuentes subversivos”, impuso un modelo económico del cual parecemos no haber salido. Es esa ortodoxia que se llama “modelo neoliberal”, laque se enfrenta claramente con la ortopraxis del Evangelio y que no fue condenada por la “ortodoxia” Episcopal.
El tema es discernir si la religión está al servicio de una transformación de la historia, a favor de la vida, de la liberación integral, o si es cómplice de los instrumentos de la muerte. Así, la vida (ortopraxis) y no una supuesta “ortodoxia”, aparece como criterio para discernirla fidelidad. Pero así, muchos “ortodoxos” aparecen en la “otra vereda”, la de la muerte “occidental y cristiana”.
Iglesia y dictadura muestra esas “dos veredas”, y revela la horrorosa complicidad con la muerte de muchos miembros de la jerarquía eclesiástica.
La publicación de textos de la Conferencia Episcopal para tratar de mostrar sus palabras pronunciadas durante la dictadura(insuficientes, por cierto), y el “pedido de perdón”, confirman que difícilmente la jerarquía eclesiástica pueda pedir realmente perdón. Y, lo que es peor, nos hace temer que si una circunstancia semejante se repitiera en nuestra historia, probablemente gran parte de la jerarquía eclesiástica volvería a actuar de la misma forma.
Ante tanta cercanía con el poder, y tanta distancia de lalibertad evangélica, ¿Cómo podría el Episcopado argentino pedir realmente perdón?

Capitulo 5
Condicionamientos Históricos

Conclusiones e interrogantes

Durante la última dictadura militar, el Episcopado argentino realizó una opción puramente política. Renunció al testimonio del Evangelio, que exige la denuncia de los crímenes y sus responsables y la asistencia activa delas víctimas, aun con el riesgo de persecución. El Episcopado conocía la verdad y la ocultó para beneficiar al gobierno de las fuerzas armadas. Entre Dios y el César, prefirió a este último.
La acción de los obispos debe ser guiada por un criterio evangélico, y no humano. Según dijo Juan Pablo II, “Como Pastores, tenéis la viva conciencia de que vuestro deber principal es el de ser maestrode la verdad. No de una verdad humana y racional, sino la verdad que viene de Dios que trae consigo el principio de la auténtica liberación del hombre: ‘Conocéis la verdad y la verdad os hará libres’…”. También señaló que la dignidad humana es un valor evangélico que no puede ser despreciado sin grande ofensa al Creador. Por último, afirmó que la Iglesia es defensora de los derechos humanos...