Inge
Julio Ramón Ribeyro era enjuto, silencioso; treinta años antes del que sería su final definitivo, estuvo a punto de morirde cáncer en un hospital de París. Advirtió que a aquellos enfermos que ganaban peso los pasaban a una sala donde les procuraban mejor tratamiento y entonces acopiócucharillas, tenedores, cuchillos, entre otros cubiertos y se los ponía en el bolsillo del pijama para aparentar mayor envergadura en el pesaje que se le hacíacotidianamente. A veces Julio Ramón le pedía a su gran amigo Alfredo Bryce Echenique que le llevara su propia vajilla de plata; y así consiguió que le trasladaran de sala en elhospital parisino en que se hallaba. Le dieron un tratamiento diferente para sobrevivir, y siguió viviendo.
Vida editorial nefasta
El autor de La juventud en laotra orilla y Sólo para fumadores, dos joyas del cuento peruano e internacional, tuvo una vida editorial nefasta: el primer libro que apareció en francés tenía en lacontraportada la foto de un brasileño que también se llamaba Ribeyro. Escribía con un dedo y con la otra mano atendía a su pequeño hijo; y a veces iba a la panaderíacon su hijo, traía el pan y se olvidaba del niño. Un dato más: le dieron el Premio Juan Rulfo, el más grande de su vida; y murió 12 días antes de la entrega. (El País)
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