Invitar a nuevos amigos

Sobre el Banquete de Platón

Damián Zerba – Diego Zerba

Para comenzar

Iniciamos agradeciéndole a Tomás que haya cometido un error parecido al de Agaton: permitirle la entrada a este banquete a dos integrantes de la banda de Alcibíades, que sobrevivieron a la cura contra el alcoholismo a la que fueron sometidos. Con algunas secuelas, claro está, uno se queda dormido y otro golpea la silladel compañero que tiene adelante.
El equipo que hemos constituido para la elaboración de este trabajo, reúne los primeros pasos de una reflexión filosófica con un viejo amateurismo lacaniano en este campo, ansioso de renovarse. Para nuestra labor, utilizamos las muy distintas traducciones del Banquete a cargo de Patricio Azcárate, publicada por Ediciones Anaconda, y la de Claudia Mársico, conintroducción de Lucas Soares, editada por Ediciones Miluno. Una anquilosada y con un tufillo a cristianismo preconcilar, la otra canchera y aporteñada de la que intentamos rescatar su estilo.

Comenzamos este seminario sobre Platón, poniendo en tela de juicio el lugar fundamental que tradicionalmente se le daba a la teoría de las ideas en su obra. Eso ya lo planteó Mauricio antes de comenzaroficialmente con este ciclo, cuando expuso su lectura de Protágoras. Cabe ahora preguntarse ¿que sitio tiene la teoría de las ideas en Platón, sino es el corpus de su desarrollo filosófico?

Por otro lado y apelando a la pasión amateur, también pondremos en cuestión la noción de Bien en este diálogo, entendida como totalidad unificante. Para eso aspiramos a situar las contradicciones que se desprendende concebir el Bien en los términos de exactitud, como la totalidad unificante sin exceso y sin defecto. Tal unidad es apuntalada por el ideal de perfección de la geometría de Euclides, tomada por Platón en condición de referencia estética. En este contexto el triángulo equilátero, con sus tres lados idénticos, es la superficie modelo. Si partimos de la exactitud como la propiedad que define a labelleza platónica, el bien entendido en los términos de totalidad unificante es su esposo inseparable. Es la soberanía del Bien soberano. Eso es lo que entendimos del señalamiento que hizo Tomás, cuando trabajamos el diálogo Cratilo.
Un eje que tomaremos para indicar dichas contradicciones es la lectura lacaniana del Banquete, que entrelíneas sitúa la siguiente tesis: no coincide el deseo con elBien. Es decir que la persecución abierta por el deseo, como estado del alma, implica la ausencia de aquello deseado.

Empezamos diciendo que Platón pone a sus comediantes en escena, para jugar el papel que el quiere que jueguen. No es una narración ingenua sobre un suceso ocurrido, ni pretende ser un relato completamente fiel de las posiciones que asumieran en vida sus protagonistashistóricos. Platón es el ventrílocuo que hace hablar a sus chirolitas en función de un tema problemático, que tal vez a él también se le haya ido de las manos. El foco conflictivo es el amor, que como señalaremos prontamente más que un tema es una cuestión. Resaltamos que Platón podría haber escrito un tratado al respecto, pero para presentarlo va optar por un estilo indirecto y abierto, con el queintroduce sus ideas entre intervención e intervención. Lo indirecto del estilo puede ser un recurso para indicar lo inexacto de cualquier aproximación a la cuestión. De ser un tema, la pertinencia de un tratado se justificaría plenamente para abordarlo, y si ese género aun no existía la magnitud de lo que estaba en juego hubiera ameritado inventarlo. En ese marco bastaba con formular los problemas yalcanzar sus correspondientes soluciones. Pero lo que estaba en la mesa -junto al vino y las cerezas- era una cuestión, que a la inversa de los problemas no admite solución y desde su propia presencia activa permite que existan estos últimos para su formulación. Por eso en consonancia con el alejamiento de la exactitud, ya no se trata de plantear un conjunto de problemas y sus soluciones posibles,...