jovenes
Después de haberlos conservados en el hogar hasta los siete o nueve años (siete añoses la edad en la que los niños se separan de las mujeres para ir a laescuela o paraintegrarse al mundo de los adultos), se coloca, tanto a los muchachos como a lasmuchachas, en casa de otras personas, para el servicio ordinario,donde se quedaranunos siete o nueve años es decir, hasta los catorce o dieciocho añosaproximadamente). Se les llama aprendices. Durante este tiempo, realizan todoslostrabajos domésticos.El italiano estima que esta costumbre es cruel, lo cual significa que la misma sedesconocía o se había olvidado en su país.Este tipo de vida fueprobablemente común a todo al occidente medieval.De manera general, la principal obligación del ni;o confiado a un se;or es la de “servirlebuen y en debidaforma”.El servicio domestico se confundía con el aprendizaje, forma muy general de laeducación. El muchacho aprendía con la práctica, y esa práctica no se limitaba aunaprofesión, tanto más cuanto que no había entonces, ni hubo durante mucho tiempo,limites entre la profesión y la vida privada.La educación se hacía, pues, mediante elaprendizaje, y se daba a esta noción unsentido muchacho amplio que el que tomo posteriormente. No se conservaba los hijosen el hogar propio: se les enviaba a otrasfamilias, con o sin contrato, para quepermanecieran y comenzaran allí su vida. Hay que ver en este aprendizaje unacostumbre difundida en todas las clases sociales.
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