Juicios de Nüremberg

Las facultades homologatorias del juez

Dr. Carlos Alberto Anta

Ley 24.522. Un cambio de orientación [arriba] -
Expone Grispo al analizar el antiguo art. 52 de la ley 24.522 que “dentro del contexto actual y, sobre todo, teniendo en cuenta la novísima obligación de homologar si hay acuerdo entre el deudor y sus acreedores (...) el juez concursal homologa lo convenido entre losinteresados. Con lo cual nos alejamos de la histórica concepción que las legislaciones anteriores habían atribuido al juez concursal. Anteriormente, (...) había concordato si el juez lo homologaba, con el actual régimen actual, si hay acuerdo de partes, el juez debe homologar” (Grispo, Jorge Daniel, “Tratado sobre la ley de Concursos y Quiebras”, Ed. Ad-Hoc, T.1, pág. 191).
Como fue remarcado eninnumerables ocasiones, tras la sanción de la ley 24.522 la vigencia de todo lo relativo al proceso de homologación del acuerdo preventivo presentado por el concursado constituyó tal vez una de las reformas más destacadas que fueran introducidas por la aquella normativa. Destacadas pero no apreciadas.
Ello importó a todas luces un cambio radical en la filosofía que emanaba de las disposiciones de la ley19.511. En efecto: la ley 24.522 se enroló en una postura principalmente enraizada en la necesidad de dar mayor preponderancia a los arreglos que llevaran adelante el concursado conjuntamente a sus acreedores, habiéndose visto restringidos de tal manera, los alcances discrecionales del magistrado de primera instancia.
Veamos porqué digo esto.
El sistema de la Ley 24.522 [arriba] -
Establecía elart. 52 de la ley 24.522 que “no deducidas las impugnaciones en término, o rechazadas las interpuestas, el juez dictará resolución homologatoria del acuerdo en el plazo de diez días”.
Desde una óptica reduccionista y con cierto sesgo de validez se podía sustentar que, dentro de un marco de estricto apego a la letra de ley, el juez, en tales casos (falta de impugnaciones efectuadas en tiempo legalpor quienes se encontraran legitimados para ello, o tras el rechazo de aquéllas) no tenía otra que homologar el acuerdo presentado. No mediaba otro límite.
Especial acento se puso al verbo “deber”, como elemento prohibitivo de cualquier otra posibilidad, por parte del órgano jurisdiccional.
Ello posiblemente como consecuencia necesaria de la norma emanada del art. 49 que dispone “dentro de lostres días de presentadas las conformidades correspondientes, por parte del autor, dentro del período de exclusividad, o por los acreedores y terceros en los casos del art. 48, inciso 3), el juez dictará resolución, haciendo saber la existencia de acuerdo preventivo”.
Es decir, efectuados los cálculos pertinentes, prima facie el juez del concurso, con escasos elementos –las conformidades traídaspor el deudor y en algunos casos presentadas directamente por los acreedores– dictada un auto –con más color de providencia simple que el de “resolución”– haciendo saber la “existencia de acuerdo”. Se producía así una especie de adelanto de la resolución que habría de dictar posteriormente –la sentencia homologatoria– en caso de que no se presentaran impugnaciones o las mismas fuesen rechazadas.
Odicho de otro modo, en esta etapa previa se asentaba en el expediente que el concursado había alcanzado la doble mayoría, y el acuerdo se hallaba en condiciones de ser homologado, abriendo a los solos fines impugnatorios una etapa reducida, de contradicción eventual, en la cual se investigarían los alcances de los pedidos así formulados.
En este marco, el juez no contaba (a grandes rasgos) conla posibilidad de rechazar el acuerdo y decretar la quiebra, sino que se encontraba prácticamente compelido a contabilizar las conformidades (erróneamente se mantiene la palabra “voto”) a fin de verificar la existencia de las mayorías exigidas, sin entrar a considerar control de mérito alguno y posteriormente homologar.
En síntesis, a la luz de la ley 24.522 se conseguía la homologación...