Julia

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Seven
NOTA: En este artículo se describen ciertos elementos de la película Seven, dirigida por David Fincher, descripción imprescindible para hacer el análisis de la trama. Si usted no ha visto la película, le sugerimos que guarde este artículo y posponga su lectura para más tarde. No lea este artículo si no ha visto la película.
 
 
Esta es una de esas películas perfectas ydolorosas, símbolo de lo que el atropello de nuestros tiempos está reflejando en la manera como los hombres construyen sus obras de arte. Porque Seven, más allá de las reflexiones sobre la violencia en los medios de comunicación, más allá de las torpes quejas en contra de una truculencia que ciertamente no existe, es una obra de arte.
El 7 es un número cabalístico. Mucha gente lo tiene por númerode buena suerte y siempre se ha asociado con la metafísica. La reina del lector de oficina, Conny Méndez, tiene un libro dedicado al número en cuestión. Una de las circunstancias adheridas a este número, y que lo han convertido en esa especie de amuleto para mucha gente, es la definición de siete pecados capitales que hace la Biblia. Las siete peores tentaciones en las que el hombre puede caer, yque a menudo son causales de otros pecados. La ira, la codicia, la gula, la vanidad, la envidia, la lujuria y la pereza son actitudes merecedoras del peor castigo por parte del Ser Supremo representado en los textos bíblicos.
Apoyado en la certeza de que los hombres han trivializado a los siete pecados, el asesino protagonista de Seven —creyéndose escogido por Dios— inicia una seguidilla deasesinatos ejemplarizantes, utilizando como sentencia la que estipula la Ley del Talión: ojo por ojo, diente por diente. Así, el pecador correspondiente a la gula morirá comiendo hasta reventar; el pecador correspondiente a la lujuria morirá víctima de un acto sexual salvaje y desgarrador. Cada pecador sufrirá su pecado en carne propia.
Así se define una crítica con dos fachadas, por igualmortíferas: la crítica a la indiferencia del hombre ante la recurrente comisión de pecados capitales ("Vemos cómo se comete un pecado mortal en cada calle, en cada casa, y a nadie le importa porque es trivial", dice el asesino) y, a la vez, la crítica al fanatismo religioso que niega la piedad al pecador olvidando que, en cualquier caso, corresponde al Ser Supremo la última palabra.
El propio asesino, sinembargo, no ha olvidado la existencia del Ser Supremo y, quizás para subsanar la fisura de su proceder, se anonimiza. Escoge un nombre, Jonathan Doe, John Doe, que representa al hombre anónimo por excelencia. El escogido por Dios debe ser un hombre sin identidad, un hombre con la humildad suficiente como para no dejar rastro de su paso por la vida. John Doe es el nombre que en lengua sajonaequivale al castizo Pedro Pérez. Jonathan Doe casi no existe: sus rasgos faciales son tan comunes que casi podría decirse que es un simple dibujo sobre un cuerpo; su cabello está cortado casi al rape y se ha arrancado la piel de los dedos para no tener huellas digitales. No tiene cuentas en el banco y su voz es uniforme, casi sin modulación. Es un hombre, pero sólo porque tiene el organismo de un hombre;casi podría decirse que no existe y esto no deja de ser beneficioso para él, pues ha pasado inadvertido por mucho tiempo mientras prepara y comete sus crímenes. Jonathan Doe es interpretado magistralmente por Kevin Spacey, actor que obtuvo el Oscar como actor de reparto en la última entrega del galardón por su actuación en otro filme, el 25 de marzo de 1996.
Tras este asesino salen de caceríados policías que encarnan las caras de una moneda: William Somerset y David Mills, representados con igual calidad por Morgan Freeman y Brad Pitt. Somerset es un policía entrado en años que será jubilado en seis días; Mills es un policía joven que empieza a descubrir la crueldad de su trabajo y lo encara con la valentía y el aplomo propios de su juventud. Ambos actores están ubicados en el papel...