La colonización del alma
Ray Bradbury ha sido siempre un escritor temeroso de los futuros distópicos como se puede observar en otro de sustrabajos emblemáticos, Farenheit 451 (de hecho hay ya un anticipo de ésta última en Crónicas marcianas en el extraordinario relato titulado “Usher II”). La obra completa de este emblemático autor es siempre una llamada de atención que nos invita a estudiar detenidamente nuestro pasado, poner manos a la obra en el presente y, concretados esos dos primeros pasos, evitar a toda costa un futuro como elque él nos plantea.
Crónicas marcianas cuestiona qué es lo que el hombre haría si lograra llegar a un mundo nuevo… y el autor sabe que, si eso ocurriera en estos días, la respuesta no sería muy satisfactoria. Los Hernán Cortés, los Walter Raleigh, los Ambrosio Alfinger nos han mostrado que la colonización de nuevas tierras conlleva siempre a la destrucción de lo desconocido, al rechazo de lodiferente, al odio hacia lo incomprensible; peor aún cuando los intereses tienden a ser políticos y/o monetarios. Si esto pasa entre personas que supuestamente se reconocen como iguales, ¿qué pasaría entre seres de otra especie?
El genio del autor estadounidense radica en profundizar en el alma de los seres humanos, pues es claro que la misteriosa tierra descrita en Crónicas marcianas no es el“Planeta Rojo”, sino nuestra propia alma explicada en metáfora. Es evidente que Bradbury toma Marte como escusa pues no es la colonización el tema, es sólo el hilo conductor que hilvana los relatos del libro. El eje sobre el cual gira esta recopilación de relatos de ficción es nuestra propia naturaleza como seres humanos explorada mediante un análisis y una crítica fortísima del propio entorno a fin deplantear nuestro ser en su maldad innata: denunciar nuestra obscuridad. Los celos, el racismo, la intolerancia, la guerra entrelazan en los relatos del libro mostrando que el ser humano está condenado a repetir su historia mientras no consiga aprender nada de la misma, destruyendo a los nativos de tierras místicas como los pueblos “civilizados” han venido haciendo con los “primitivos” desde hacedécadas (“La historia no perdonará jamás a Cortés”).
La pluma de Ray Bradbury consigue sacar risas, perturbar con lo absurdo, horrorizar, deprimir y hacer reflexionar a sus lectores. El libro plasma una melancolía profunda y desgarrada con la intención de señalar la decadencia imperante en la sociedad de los años cincuenta con una visión exacta, brillante y cuidada que logra ser vigente alcriticar aún los males de nuestros días. Al terminar la lectura de esta obra uno se queda con un sabor amargo en la boca al ver reflejado en una elegante prosa el carácter típico destructor de los hombres ante todo lo que le es ajeno, olvidando siempre su naturaleza curiosa sumergido en la soledad, una soledad irónica si tomamos en cuenta que vivimos todos “juntos”… pero abismalmente separados por...
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