La Educación Como Un Don

 

LA EDUCACION COMO UN DON Y COMO INTENTO COMPARTIDO DE APRENDIZAJE DE COMPETENCIAS Y CAPACIDADES PARA HACER-NOS SUJETOS EN UN TIEMPO REVUELTO
1
 
BENJAMIN BERLANGA GALLARDO ABRIL 2011

Vivimos un tiempo revuelto, un tiempo de desazones. Es el tiempo de la negación y avasallamiento por parte de un sistema que a nivel global abarca todos los órdenes de la vida y que en la cotidianidadse manifiesta a cada uno de nosotros en lo que vamos siendo, como tiempo de dificultades, de inseguridad, de miedo, de vacío, a veces hasta de hastío y de renuncia, pero también de coraje, de encabronamientos y dignidades renacidas. Es un tiempo paradójico porque es un tiempo al mismo tiempo de múltiples resistencias cotidianas y sociales, que no sólo son negación de lo que hay sino afirmación deotros modos de hacer la vida.

En un tiempo así, vendaval de sinsentidos que parece dominar sobre nuestras vidas, los educadores nos vemos asediados e interpelados por la fuerza de lo que está pasando y hemos de repensar y replantear lo que estamos haciendo. Sucede que nos enfrentamos socialmente tanto a una sobrevaloración de lo educativo que hacemos, como a una reducción social de nuestratarea. Lo educativo aparece a ratos sobredimensionado; todos los males sociales pareciera que pueden resolverse con más educación: la violencia, la drogadicción, la falta de valores, la pobreza, la inequidad, el ninguneo social, la opresión, la negación de las mujeres, la ausencia de ejercicio ciudadano, requieren para resolverse de más y/o mejor educación y nosotros los educadores aparecemosresponsables de esa tarea de humanidad: salvar la sociedad. Pero también, nuestra tarea aparece cada vez más subvalorada y minimizada: resulta que nos asignan la tarea de meros operadores, habilitadores de desempeños y destrezas del educando, del otro -ese otro concebido como extraño al que hay que calificar y ordenar para que, ante todo, sea competente en la


 

vida- adjudicando socialmentela tarea de humanidad que nos correspondía, es decir, la transmisión cultural de un ethos, de una paideia en el acto educativo, a la televisión, el internet, la publicidad, como conformadores de un logos reducido y rasurado y de un ethos y un pathos agónicos y perversos.

Nosotros los educadores, no los técnicos ni los funcionarios de la educación, hemos de enfrentar y avanzar en resolverprovisoria y frágilmente los dilemas y disputas en las que nos metemos con una realidad revuelta, cuando estamos en la tarea educativa. Porque somos nosotros los que vivimos las contradicciones. Son tiempos revueltos que requieren la revuelta de nuestro interior y la resistencia cotidiana en el aula, la escuela, la casa, los espacios públicos en los que ejercemos la tarea educativa. Nosotros,entonces, pero no por ello hemos de adquirir dimensión de héroes, nada más intentaremos más humanidad, con lo que ella tiene de dignidad y miserabilidad.

2
 

Yo les propongo en este espacio de educadoras y educadores de preescolar, que antes que pensar en las tareas técnicas del hacer la educación, vayamos a la raíz, al lugar cotidiano desde el que podemos pensar la educación que hacemos:nuestra práctica educativa. Exijamos a nosotros mismos y a otros abrir la posibilidad de pensar la educación y no nos quedemos en la pregunta de cómo hacer la educación. Pensemos la educación, hagamos de ese pensamiento un pensamiento necesario. Tenemos ese poder porque vivimos la educación.

Nos dirán que lo nuestro tiene menos valor porque es un saber experiencial que no se ajusta a procesostécnicos, a lógicas de indagación rigurosas, a formalizaciones abstractas y generalizables, a productos logrados luego de análisis formales y consultas públicas y participativas; dirán que a nosotros nos corresponde hacer educación, operar la educación que otros nos dicen; que pensarla es tarea de especialistas, que ya están ellos para hacer eso, para planificarla, para organizarla y que ya vendrán a...