La filosofia de la auditoria
Páginas: 14 (3462 palabras)
Publicado: 11 de febrero de 2011
La Filosofía de la Auditoría
R K Mautz (Universidad de Illinois) – Hussein A. Sharaf) (Universidad del Cairo).
En los últimos veinte o veinticinco años hay poco o ninguna evidencia que muestre que el contador profesional, como contador profesional, haya producido una sola idea de valor para la industria o para el Estado. El contador se ha limitado meramente a marcar, suponer y confiar enDios.
Esto fue escrito 10 años después de que Carr – Saunders, en un estudio sobre las distintas profesiones en Inglaterra, había criticado severamente a los grupos profesionales por su falta de atención a la investigación y estudio teórico.
La auditoría se desarrolló como un procedimiento de verificación detallada, en el que la teoría parecía no necesaria ni deseable, y que tan sólorecientemente ha sobresalido de aquella etapa, La auditoría nació de la Ley y de la costumbre, con formas y procedimientos prescritos.
Hay una asombrosa lista de problemas y áreas no definidas. No se persigue sugerir que la auditoría tiene más que la parte que le corresponde de problemas sin resolver. Perplejidades similares embarazan cualquier campo de conocimientos, y la auditoría atraviesa porlas mismas circunstancias de muchas de las otras profesiones. Sin embargo, hay motivo de preocupación. En primer lugar: la existencia de tantos problemas fundamentales implica la ausencia de principios acertados que podrían servir como guías para su solución. En segundo: la actitud de algunos profesionales de encarar la forma de resolver algunos de estos problemas es sin duda poco feliz.Muchos auditores en ejercicio parecen decir: “No me importa como resolvamos estas preguntas, lo que interesa es llegar a una decisión firme y saber qué terreno estoy pisando”. Desde luego que importa cómo se manejan tales preguntas. Es de importancia inmediata porque algunas soluciones sugeridas aumentan a las obligaciones, responsabilidades, o prestigio del auditor, mientras que otras lo detractan.Pero aún más, importa en forma mediata los problemas deben resolverse de manera tal que las contestaciones sean compatibles o cuando menos reconciliables. Las inconsistencias no tienen lugar en la auditoría si ésta se considera como imperecedera; de momento ellas pueden ser inevitables, pero si hemos de tener una profesión digna de ese nombre debemos trabajar para eliminarlas.
Desde luego, laauditoría no ha alcanzado la adelantada etapa que muchas de las ciencias han logrado. Pero ha llegado a un estado de madurez en el que hará bien una pausa para un poco de introspección y para inventariar sus presuposiciones, aspiraciones y métodos. Esperamos que algunas de las “amplias y cultivadas inteligencias” hoy activas en nuestros propios círculos se vean alentadas por este trabajo, paraconsiderar aspectos de la auditoría que hasta ahora no han sido motivo de suficiente atención.
En esto. Phenix nos da aún más aliento. Establece la existencia de tres clases o grados de filósofos: en el primero están las “Eminencias Filosóficas”, quienes han hecho las mayores contribuciones a la filosofía; en el segundo están los filósofos profesionales, conocedores profundos , quienesgeneralmente escriben y enseñan la materia; en el tercero están colocados muchos individuos inteligentes e investigadores, que están preocupados por sus problemas, sus metas, sus relaciones con otros, y quienes buscan encontrar soluciones a estas materias a través de la reflexión y el estudio.
En consecuencia los auditores no deben sentir repugnancia por filosofar sobre la auditoría. Ciertamente esmejor que los auditores vuelvan su vista hacia la filosofía en un intento para establecer la teoría fundamental de la auditoría, y no que los filósofos volteen hacia la auditoría. Pero en esto hay que hacer notar la necesidad de precaución. Debe hacerse algo más que meramente expresar sentimientos u opiniones subjetivas acerca de la auditoría. Mucha gente ha estado haciendo esto durante...
R K Mautz (Universidad de Illinois) – Hussein A. Sharaf) (Universidad del Cairo).
En los últimos veinte o veinticinco años hay poco o ninguna evidencia que muestre que el contador profesional, como contador profesional, haya producido una sola idea de valor para la industria o para el Estado. El contador se ha limitado meramente a marcar, suponer y confiar enDios.
Esto fue escrito 10 años después de que Carr – Saunders, en un estudio sobre las distintas profesiones en Inglaterra, había criticado severamente a los grupos profesionales por su falta de atención a la investigación y estudio teórico.
La auditoría se desarrolló como un procedimiento de verificación detallada, en el que la teoría parecía no necesaria ni deseable, y que tan sólorecientemente ha sobresalido de aquella etapa, La auditoría nació de la Ley y de la costumbre, con formas y procedimientos prescritos.
Hay una asombrosa lista de problemas y áreas no definidas. No se persigue sugerir que la auditoría tiene más que la parte que le corresponde de problemas sin resolver. Perplejidades similares embarazan cualquier campo de conocimientos, y la auditoría atraviesa porlas mismas circunstancias de muchas de las otras profesiones. Sin embargo, hay motivo de preocupación. En primer lugar: la existencia de tantos problemas fundamentales implica la ausencia de principios acertados que podrían servir como guías para su solución. En segundo: la actitud de algunos profesionales de encarar la forma de resolver algunos de estos problemas es sin duda poco feliz.Muchos auditores en ejercicio parecen decir: “No me importa como resolvamos estas preguntas, lo que interesa es llegar a una decisión firme y saber qué terreno estoy pisando”. Desde luego que importa cómo se manejan tales preguntas. Es de importancia inmediata porque algunas soluciones sugeridas aumentan a las obligaciones, responsabilidades, o prestigio del auditor, mientras que otras lo detractan.Pero aún más, importa en forma mediata los problemas deben resolverse de manera tal que las contestaciones sean compatibles o cuando menos reconciliables. Las inconsistencias no tienen lugar en la auditoría si ésta se considera como imperecedera; de momento ellas pueden ser inevitables, pero si hemos de tener una profesión digna de ese nombre debemos trabajar para eliminarlas.
Desde luego, laauditoría no ha alcanzado la adelantada etapa que muchas de las ciencias han logrado. Pero ha llegado a un estado de madurez en el que hará bien una pausa para un poco de introspección y para inventariar sus presuposiciones, aspiraciones y métodos. Esperamos que algunas de las “amplias y cultivadas inteligencias” hoy activas en nuestros propios círculos se vean alentadas por este trabajo, paraconsiderar aspectos de la auditoría que hasta ahora no han sido motivo de suficiente atención.
En esto. Phenix nos da aún más aliento. Establece la existencia de tres clases o grados de filósofos: en el primero están las “Eminencias Filosóficas”, quienes han hecho las mayores contribuciones a la filosofía; en el segundo están los filósofos profesionales, conocedores profundos , quienesgeneralmente escriben y enseñan la materia; en el tercero están colocados muchos individuos inteligentes e investigadores, que están preocupados por sus problemas, sus metas, sus relaciones con otros, y quienes buscan encontrar soluciones a estas materias a través de la reflexión y el estudio.
En consecuencia los auditores no deben sentir repugnancia por filosofar sobre la auditoría. Ciertamente esmejor que los auditores vuelvan su vista hacia la filosofía en un intento para establecer la teoría fundamental de la auditoría, y no que los filósofos volteen hacia la auditoría. Pero en esto hay que hacer notar la necesidad de precaución. Debe hacerse algo más que meramente expresar sentimientos u opiniones subjetivas acerca de la auditoría. Mucha gente ha estado haciendo esto durante...
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