La Hora Del Diablo F Pessoa

Páginas: 42 (10356 palabras) Publicado: 3 de diciembre de 2015
1

La Hora Del Diablo

Fernando Pessoa

ÍNDICE

NOTA PRELIMINAR

6

SIGNOS EMPLEADOS EN LA FIJACIÓN DEL TEXTO

7

LA HORA DEL DIABLO

8

HISTORIA Y ALCANCE DE
LA HORA DEL DIABLO

22

REFERENCIAS

32

SOLAPA DEL LIBRO

33

2

NOTA PRELIMINAR
Este texto se encuentra en el Legado Manuscrito (depositado en la Biblioteca Nacional de
Lisboa) en hojas sueltas, sin fecha, unas manuscritas, otrasmecanografiadas y otras mixtas.
La numeración fue introducida con posterioridad por los inventariadores de dicho Legado,
pero no corresponde a secuencia alguna: la que presento es de mi responsabilidad.
El texto abarca diecinueve hojas (21 páginas), archivadas en el dossier 277W, con
anotaciones que van del número 1 al 19.
En general, las hojas están encabezadas por el título Hora del diablo (nueveveces), La hora
del diablo (dos veces), Noche del diablo (dos veces), en dos casos escrito en inglés, Devil's
Night, a pesar de que el texto está en portugués. Dos de ellas no contienen indicación
alguna.
Corregí lapsus o lagunas obvias de escritura y puntuación, escribí en forma completa las
palabras abreviadas y actualicé la ortografía.

SIGNOS EMPLEADOS EN LA FIJACIÓN DEL TEXTO
[...] — Palabra(s)ilegible(s).
(...) — Espacio dejado en blanco por el autor.
Las palabras entre corchetes se agregaron por ser obvias, a pesar de no figurar en el texto.

LA HORA DEL DIABLO

No light, but rather darkness visible.
Mas esas llamas lanzan, no luz,
sino tiniebla visible.‫٭‬

.aosseP rop odicudart y odalañes ísa ,efargípE ‫٭‬
Salieron de la terminal y, al llegar a la calle, ella vio con asombro queestaba en la calle
misma donde vivía, a pocos pasos de la casa. Se detuvo. Después se volvió hacia atrás, para

3

expresar ese asombro al compañero; pero detrás de ella no iba nadie. Estaba la calle, lunar y
desierta, y no había en ella ningún edificio que pudiera ser o parecer una terminal de trenes.
Atónita, soñolienta, pero interiormente despierta y alarmada, fue a su casa. Entró, s ubió; en
elpiso de arriba encontró, aún despierto, al marido. Leía, en el estudio, y cuando ella entró,
dejó el libro.
—¿Y? —preguntó él.
Y ella:
—Todo anduvo muy bien. El baile fue muy interesante. —Y agregó, antes de que él
preguntara: —Unas personas que estaban en el baile me trajeron en automóvil hasta el
principio de la calle. No quise que vinieran hasta la puerta. Me bajé allí mismo; insistí. ¡Ah,
quécansada que estoy!
Y, con un gesto de gran cansancio y olvidándose de un beso, fue a acostarse.
Su hijo, cuando nació, nació normal de figura, pero no demoró en mostrar que era un
hombre de genio. Sus poemas tienen una calidad extraña y lunar. Planea en ellos un deseo
de grandes cosas, como de alguien que un día hubiera planeado, en una vida antes de ésta,
por sobre todas las ciudades de la Tierra.Recorre sus versos una visión de grandes puentes,
inexplicable mediante cualquier experiencia que se le conozca. Y una vez, en un poema
escrito casi en sueños, dijo que algo en él había sido tentado, como Cristo, en la gran altura
desde donde se ve todo el mundo1.

Abajo, a una distancia más que imposible, había, como astros diseminados, grandes
manchas de luz: ciudades, sin duda, de la Tierra. ElDiablo las señaló.
—Son las grandes ciudades del mundo: aquélla es Londres. —Y señaló una a la distancia,
abajo. —Aquélla es Berlín. —Y señaló otra. —Y aquélla, allá, es París. Son manchas de
luz en las tinieblas, y nosotros, en este puente, pasamos alto por sobre ellas, peregrinos del
misterio y del conocimiento2.

— ¡Qué cosa tan pavorosa y tan bonita! ¿Qué es todo aquello que hay allá abajo?—Aquello, señora mía, es el mundo. Fue desde aquí que, por encargo de Dios, tenté a su
Hijo, Jesús. Pero no dio resultado, como yo ya esperaba, porque el Hijo era más iniciado
que el Padre y estaba en contacto directo con los Superiores Incógnitos de la Orden. Fue
una probación, como se dice en el lenguaje iniciático, y el Candidato se portó
admirablemente.

4

—No entiendo bien. ¿Fue desde...
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