La masacre de El Salado
En esta oportunidad —y cuántas habrá que se le parecen—, los jefesparamilitares Salvatore Mancuso, Jorge 40 y alias H2 organizaron, en la finca El Avión, municipio de Sabanas de San Ángel (Magdalena), una matanza con el firme propósito de sembrar el pánico entre las víctimas. Argumentando complicidad con la guerrilla de las Farc, estigmatizaron a toda una población y procedieron a una serie de prácticas violentas de difícil enumeración. Pese a que en las versioneslibres de Justicia y Paz a las que han comparecido algunos de los victimarios se niega y guarda silencio frente a la sevicia o simplemente se insiste en los discursos legitimadores que, a la postre, justifican ante muchos la matanza con frases lapidarias del tipo de “se lo merecían”, es un hecho que se utilizaron cuerdas de estrangulamiento, se empaló a una mujer, sortearon con números a quién lefiguraba ser asesinado, hubo corte de orejas, golpes con bayonetas, asesinato de una mujer embarazada y degollamientos de víctimas. Y todo al son de los instrumentos musicales que fueron sustraídos de la Casa de Cultura: encendieron equipos de sonido presentes en casas, tiendas y billares, crearon un ambiente festivo y con cada persona que acribillaban en la cancha de microfútbol, escenario delterror, tocaron una tambora.
Más de nueve años después de la masacre, la memoria de las víctimas por la que abogan pacientemente los miembros del grupo de Memoria Histórica permanece supeditada al relato de los victimarios. Son éstos los que imponen su versión de lo sucedido, los que figuran ante el Estado como depositarios de una verdad y copan con sus declaraciones los medios de comunicación. Dellado de la justicia, que esperamos se reactive con este informe, 15 de los 450 paramilitares implicados han recibido una condena. El propio Carlos Castaño, aun después de reconocer públicamente su responsabilidad en la masacre, jamás fue condenado. Las denuncias por la presunta participación de la Infantería de Marina en la masacre —por acción o por omisión— no recibieron el despliegue que merecían.Se pregunta el informe, al respecto, por qué la Fiscalía se abstuvo de investigar adecuadamente el vuelo de un avión fantasma el día anterior al ingreso de los paramilitares al casco urbano de El Salado, así como el sobrevuelo de helicópteros durante los días de la incursión y la movilización de 450 paramilitares en una zona cuyo control, sobre el papel, le estaba reservado a la Infantería deMarina.
Hoy las víctimas de El Salado exigen una reparación colectiva que les ha sido negada. Y ahí no acaba su dolor. Para aquellos que escaparon de la masacre y, un tiempo después, retornaron a lo que quedó de su pueblo, la sorpresa ha sido mayúscula. La compra masiva de tierras da cuenta de las dificultades que presenta cualquier programa de reparación. Más del 90 por ciento de los sobrevivientes,ante tal situación, viven en desplazamiento en El Carmen de Bolívar, Sincelejo, Barranquilla y Cartagena. Paradójicamente, como en Trujillo, la masacre de El Salado parece ser una tragedia que no cesa.
No todas las masacres son iguales. Todas son crueles y buscan sembrar terror. Pero lo hacen de manera diferente y, en ocasiones, con objetivos distintos. El Grupo de Memoria Histórica de la...
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