La muerte de allende
Al amanecer del 22 de mayode 1811, la caravana de prisioneros en la que iban los principales caudillos insurgentes - atados con las manos a la espalda, los pies uno con el otro y montados “a mujeriegas” sobre mulas salió deAcatita de Baján rumbo a Monclova, a donde entraron a las seis de la tarde del mismo día.
Las calles de Monclova habían sido adornadas y se escuchaban repiques y salvas de artillería. IgnacioElizondo fue recibido al grito de ¡Viva Fernando VII y mueran los insurgentes!, mientras que los principales jefes del movimiento de Independencia, recibían la humillación de ser conducidos frente a unaherrería, establecida bajo un frondoso nogal, donde les fueron colocadas esposas y grilletes. Los caudillos tuvieron que ser cargados en sillas al hospital que fue habilitado como cárcel; hacinados enestrechas habitaciones, semidesnudos, hambrientos y con sed comenzaron el cautiverio que los conduciría a la muerte.
El 8 de abril de 1811, lunes santo, se tuvo conocimiento en la capital dela aprehensión de los principales insurgentes, por aviso de Félix María Calleja. El virrey Venegas, en evidente estado de júbilo, mandó que se echaran a vuelo las campanas de los templos y se hicieransalvas de artillería en señal del regocijo. El 13 de abril, ordenó que los prisioneros fueran juzgados en Chihuahua por un consejo de guerra y que la sentencia fuera ejecutada sin pérdida de tiempo:“La dilación de esta providencia o la traslación de los reos a otros parajes, traería inconvenientes capaces de poner a la Patria en peligro… disponiendo también, si así se sentenciare por el...
Regístrate para leer el documento completo.