La reforma electoral

En el complicado entrecruce del Primer Informe de Gobierno del presidente Felipe Calderón, de la búsqueda de amarres y consensos que apuntalen el proceso de reformadel Estado, del arranque del nuevo periodo ordinario de sesiones y de la urgencia por garantizarle luz verde a la reforma fiscal, el capítulo electoral seconstituyó en estos días como el tema prioritario en la agenda de negociaciones de los partidos políticos representados en el Congreso de la Unión.
La nueva propuesta dereforma electoral, presentada el pasado 31 de agosto en la última sesión de la Comisión Permanente, tiene como ejes fundamentales la reducción de financiamiento a lospartidos políticos, la disminución de los tiempos de campaña y sustitución escolanada de los consejeros electorales. Las altas y anticlimáticas temperaturas querodearon la cosa pública en estos últimos días auguraron barruntos de tormenta que, en más de un sentido, enrarecieron aún más a la ya de por sí salpicada atmósferapolítica.
Sin embargo, la reforma vio la luz, y si bien representa un avance para el proceso democrático del país, no cumplió con todas las expectativas que habíagenerado.
Por ejemplo, el IFE no contratará los tiempos en los medios electrónicos, como muchos actores lo habían demandado, y está en suspenso la destitución de losactuales consejeros electorales. Finalmente, quedó claro que ningún político desea enfrentarse a los medios. Esto pese a que en 2006 los partidos gastaron sólo en medioselectrónicos el 56 por ciento de todo el dinero invertido en las campañas, como lo subraya el especialista Raúl Trejo Delarbre en esta entrega.

www.wikipedia.com