La vida
Se trata de la vieja y hoy desacreditada hipótesis de la generaciónespontánea.
En el libro de los Jueces, en su capítulo 14, por ejemplo, podemos leer como todo un enjambre de abejas es creado por los despojos de un león. Basilio de Cesarea escribió que los animales y lasplantas habían surgido del seno de la Tierra. San Agustín, que la generación espontánea era una manifestación del arbitrio de Dios. Santo Tomás de Aquino defendió que los reptiles nacen del fangomarino putrefacto. Demetrio defendió igualmente la generación espontánea. Que los insectos, especialmente moscas, y los gusanos surgían de la carne putrefacta fué una creencia sostenida y nunca rechazadapor la Iglesia, que llegó a manifestar respecto a Aristóteles, el defensor por excelencia de la generación espontánea, que se trataba de un “precursor de Cristo en los problemas de las cienciasnaturales” Tampoco las iglesias protestantes se manifestaron nunca contra esas creencias y en sus ámbitos de predominio eran ideas igualmente admitidas.
Vemos que ni la propia Biblia ni las confesionesreligiosas se han opuesto “desde siempre”a la idea de un mecanismo natural, obediente a las leyes físicas y químicas, capaz de engendrar vida. Como hacen la mayoría de confesiones moderadas, católicasy protestantes, con el mecanismo evolutivo, ese fué integrado en el sistema de creencias religiosas e incluso defendido por ellas.
La probabilidad de que de nuevo tengan que hacerlo crece conformeavanza el conocimiento científico. En cualquier caso, es falso que la religión tenga que enfrentarse necesariamente a este tipo de origen de la vida y, desde luego, que siempre lo haya hecho....
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