Laforet Carmen
Esto no resta ni un ápice del valor literario de Nada, sino que, por el contrario, lo multiplica. Porque sólo los escritores de verdadera talla, sólo los poseedores de un enorme talento son capacesde manejar un material totalmente biográfico sin hacer con ella costumbrismo barato, sino una obra independiente, emblemática y poderosa. Como hizo Joseph Conrad, por ejemplo, con El corazón de lastinieblas. O como hace Carmen Laforet en su bella y fascinante Nada.
Y así, esta novela se lee como un cuento perverso. Tiene algo de relato gótico, con esa muchacha que llega a Barcelona emborrachadade ansias de vida y que cae, como las doncellas de las fábulas, en medio de una familia enigmática, siniestra y perturbadora. De madrugada, recién llegada a la aterradora casa de la calle Aribau,Andrea se encierra en el cochambroso cuarto de baño y se mira en el espejo: es como Alicia, una niña atrapada al otro lado del azogue, no en el país de las maravillas, sino en el infierno. Hay un tonofebril y delirante que impregna toda la obra. Es el frenesí del hambre constante, que te hace ver visiones; y es el desquiciamiento que el dolor produce cuando no puedes soportarlo. Los personajes deNada arrastran misterios, memorias que queman como brasas. Los personajes, se dice literalmente en el libro, se han vuelto locos con la guerra.
La novela ganó el primer premio Nadal, concedido en...
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