Las acciones valen más que mil palabras...
Venía por la calle un señor, algo apuesto, deun gran corazón, realmente un hombre digno de admirar, bastante sensible y muy agradecido con la vida, de pronto se encuentra con que una bella dama, la misma de la que venía hablando; estaba apuradapor salir de aquel edificio, el hombre se acercó y le ofreció su paraguas para que no se mojara, la notó algo triste sin embargo no dijo nada, la acompañó a su carro, espero a que subiera y le diouna hermosa flor cerró la puerta y se fue sin decir absolutamente nada; la mujer sonriente por el detalle quedó muy intrigada, sorprendida de que aquel hombre fuera tan amable y no dijera una solapalabra. De cualquier forma encendió el vehículo y siguió su camino…
La mujer escasamente pudo dormir aquella noche pensando en aquel hombre, muchos se habían cruzado por su vida aparentando y diciendoser grandes personas para conquistarla, pero aquel hombre tenía algo especial, algo que la había cautivado. La mujer hizo todo lo posible por encontrarlo, pero sus intentos fueron en vano.
Cierto díala dama estaba trabajando, cuando en su puesto encontró una caja de chocolates, dentro de ella una nota que decía una hora y un lugar, la dama sorprendida comió los deliciosos dulces y sin dudarloasistió al lugar aquella noche, allí se encontró con el señor, quien le señaló la mesa y ella fue a sentarse, estaban pues los dos sentados allí en medio del murmullo de la gente, no se cruzaron...
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