Las Malas Compañías Corrompen
“Las Malas Compañías Corrompen
las Buenas Costumbres”
La necesidad y el deseo de compañía existe entre nosotros. Queremos compartir nuestro amor y vida con los demás. Queremos ser respetados yaceptados por los demás. Encontramos consuelo en los demás para que lloren con nosotros y que se regocijen por nuestra buena fortuna. El sentimiento de soledad es causado por un fracaso en llenarnuestra necesidad de compañía. Tenemos la responsabilidad de ser un compañero para los demás (1 Cor. 12:25-26; Rom. 12:10,13,15; 2 Cor. 1:3-4).
La compañía es un deseo dado por Dios para que noshagamos seres sociables (Gén. 2:18). Sin embargo, en nuestro esfuerzo por suplir este deseo, ¡no debemos entrar en comunión con el impío! Dios nos ha advertido en contra de que hagamos una estrechaasociación con aquellos que no lo respetan (1 Cor. 15:33; Sal. 1:1; Pr. 13:20; 2 Cor. 6:14-18). Es fácil ser engañado al creer que nuestros compañeros mundanos no están corrompiendo nuestra moral. Alprincipio, podemos resistir sus malos caminos, pero después de un tiempo nuestra resistencia se vuelve menor. Nuestro sentimiento de disgusto por sus maneras impías se vuelve a menor a medida queaceptamos gradualmente sus maneras o procedimientos. El verdadero peligro de las malas compañías es que a menudo nos llevan lejos de Dios sin darnos cuenta de esta verdad. La Biblia contiene ejemplosde cómo las malas compañías influencian al justo para que peque. Notemos algunos de estos ejemplos y saquemos ventaja de ellos (1 Cor. 10:6).
El Rey Josafat Destruyó Su Influencia a Causa de suAsociación con el Rey Acab
“Y se animó su corazón en los caminos de Jehová” (2 Cr. 17:6). Hizo que “la ley de Jehová” fuera enseñada al pueblo, Jehová estaba con él, y aun su justa influencia seesparció a los reinos vecinos (2 Cr. 17:3-10). Sin embargo, Josafat cometió un grave error cuando entró en comunión con el muy malvado rey Acab. Permitió que su hijo, Joram, se casara con una hija...
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