letras olvidadas

Memorias del Invierno
—Te extrañe. —Musito el en un susurro inaudible.

—Y yo a ti.— Busque mi lugar favorito en su cuello.

—Perdóname por no ser perfecto.— Me levanto el rostro y me miro profundo con esos negros ojos.

—¿De qué hablas? Para mí tú eres perfecto. — Me acerque a sus labios y selle las palabras con un beso apasionado y cargado de todo el amor que sentía.

Puebla de LosÁngeles.
Invierno del 2000.

—Tengo que irme— Respondió con las maletas a pie de la cama.

Me retorcí por unos instantes estirándome e incorporándome de entre las cobijas. — ¿A dónde vas?— solté un largo bostezo.

—Me voy, lejos porque tengo que hacer unas cosas.- tomo el saco que recaía sobre el brazo de la silla.

—¿Como que te vas? ¡No puedes solo irte así porque si! ¿Acaso enloqueciste?no puedes dejarme así...— estaba encolerizada, no podía irse de la noche a la mañana sin una explicación. —¿Y exactamente a dónde vas?—

—Lejos.—

Salio por la puerta y la cerro, yo me quede en la habitación sorprendida por lo recién ocurrido, cuando caí en que en verdad se había marchado, brinque de la cama y salí a toda prisa importándome poco la pijama que traía puesta, baje a todavelocidad, saltando escalones para acelerar mi llegada y lo logre, lo encontré justo cuando iba a entrar en el taxi.

— ¡NO! No puedes irte...— Solté en un chillido en el umbral de la puerta.

—Tengo que...— se acerco a mí dejando la maleta ya dentro del taxi, no me daba ningún buen augurio. —Es por nuestro bien— Me beso en la frente y delicadamente fue bajando su rostro hasta el puente de mi nariz ylo beso, beso cada uno de mis ya húmedos párpados, bajo mas y acaricio con los labios mis mejillas inundadas de las lágrimas que corrían sobre ellas,me levanto del mentón le proporción un suave roce a mis labios, sentí su aliento arritmico inundándome los pulmones, y nos fundimos en un beso, un beso impaciente y feroz.

—¿Cuando volverás?— Me atreví a preguntar a tientas de recibir la mas nefastade las respuestas.

—No lo se... Quizás, nos volvamos a reencontrar.— Dio media vuelta y camino hacia el taxi.

—Me estas asustando.. ¿Por qué me haces esto?— Las lágrimas fluyeron dejándome desmoronarme en esa calle.

Se dio la vuelta y volvió a besarme, delicadamente en cada párpado, luego en cada mejilla y finalmente en los labios.

—Nunca volveré a ser el mismo—dijo con la vozronca.—Tu me has transformado.

Le rodeé el cuello con los brazos y presione mi cuerpo contra el suyo, pegándome a el, tratando de librarme del frió que había calado en mis huesos.

—Bésame como nunca.—le inste atrayendo sus ojos con la mirada.—Dame un beso que me acompañe hasta que vuelva a verte.

Sus ojos me acariciaron en silencio.Se reflejaba sobre ellos los negros risos de mi cabello, y mislabios ardientes.Mi sentimiento de abandono me inundo por completo al verlo subirse a ese vehículo y con cada metro que lo separaba de mi el abismo en mis entrañas crecía como un sufrimiento bestial que me consumía lágrima a lágrima, sollozo por sollozo. Y justo ahí, me sentí como solo una persona mas en el universo que estaba sola y seria olvidada.

Tixtla de Guerrero.
En la Actualidad.

—Sontreinta pesos con cincuenta centavos.—La dama me entrego el dinero, abrí la caja y devolví su cambio—Gracias por comprar aquí vuelva pronto.— había pronunciado tantas veces esas palabras juntas que la sonrisa que las acompañaba salia automática.

—¡Hey Tami! ¿Vamos a comer juntos?—Me propuso Ernesto mi compañero de trabajo desde su caja—Acaban de abrir un restaurante o bueno... mas bien un localde comida Hindú en la calle de la vuelta, si dices que si, yo invito. ¿Qué dices?—Ernesto era tan esperanzado que varias veces me sorprendía, su prosperidad hacia mi antipática con el era de admirarse, de alguna u otra manera buscaba la forma de tomar mis agresiones e ironías como halagos o comentarios al aire.

—Bueno.—

—¿De verdad?—la sorpresa inundo su rostro—Digo...¿de verdad iras?...