Libro
No puedo dejar de recomendar la lectura de la crónica del viaje a Japón que realizó el poeta ydiplomático guatemalteco Enrique Gómez Carrillo (1873-1927) y que públicó en 1912 bajo el coqueto título de El Japón heroico y galante, un feliz descubrimiento justo ahora, cuando se cumple el primercentenario de su publicación.
Insisto en que ha sido una gratísima sorpresa encontrarme con el escrito de un occidental de hace justo un siglo que, a modo de otaku gaijin adelantado a su tiempo,tenía una visión realmente positiva y abierta hacia lo japonés, y tan diferente a lo que pensaban otros viajeros occidentales que en la era Meiji se acercaron a este país, del que no llegaron a hablardemasiado bien, esclavos de sus orejeras etnocéntricas. Tales eran los casos de Pierre Loti y Rudyard Kipling, autores que precisamente por ese tono ligeramente "japonófobo" no me caían demasiadosimpáticos; pero Gómez Carrillo se encarga de ponerles en su sitio en esta obra.
Me ha gustado la erudición que gasta el autor guatemalteco en temas de cultura japonesa. En cambio, echo de menos algomás de "sustancia viajera" en el texto, porque hay cierto desequilibro en los contenidos: mucho más trabajo de biblioteca que de campo. Aun así, los apuntes sobre sus vivencias en el desaparecido (omalamente conservado) "putódromo" de Yoshiwara no tienen precio...
En cualquier caso, el lector atisba en el texto de Gómez Carrillo un acercamiento a la realidad japonesa libre de prejuicios,cosa totalmente meritoria en un autor de hace un siglo, viendo lo que había en el panorama literario de la época. Libre de prejuicios para detectar lo bueno, pero también para denunciar lo malo. PorqueGómez Carrillo demuestra ser también un adelantado a su época en cuanto a la percepción de los males que la modernidad ha traído a Japón durante la era Meiji: me hizo mucha gracia ver cómo a un...
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