Locura

HOSPITAL JULIO MANRIQUE: UN CEMENTERIO DE VIVOS
Aproximación antropológica a los relatos de los locos*
Ana María Arango C.
Gisela Castro C.

Sibaté es un municipio que se fue conformando a partir del establecimiento de
seis hospitales psiquiátricos a principios del siglo XX. Construido para locos, es
apéndice de una ciudad, de un país, de un sistema cultural; prolongación de un cuerpo quelo rechaza. Allí se entrecruzan las imágenes de la locura históricamente elaboradas, y está anclado el hospital Julio Manrique, isla flotante, pedazo de territorio reterritorializado en medio de una laguna hecha ya pantano.

A SIBATÉ. Soneto.
Decir No Sé Lo Que Al Mirarte Siento,
tienes algo Parecido Al Paraíso,
con Tu Céfiro De Aroma Delicioso
Haces Pensar en Lo Bello, en Lo Puro y en LoSanto.
Bellísimos Paisajes, por lo tanto
eres Un Lugar Maravilloso,
con El Muña Represado Cual Coloso
que Baña Al Valle En Su Quietud un tanto.
En Tu Hospital La Vida Es Llevadera,
conviven Los Humildes y Soberbios,
ya En Ruda Lid, ya en Vida Verdadera.
Algunos Médicos Formulan Neuleptil,
Pava Volando Cura Sin Oprobio,
mientras Archila Formula Mayeptil.

YO GILBERTO GUERRERO BORJA, ENCRISTO Y POR CRISTO SOY UN ALTÍSIMO POETA.
Las batallas culturales que se dan en el hospital son solitarias, son del loco sólo
contra el mundo. En sus luchas, el loco subvierte los órdenes y las relaciones de poder; cada uno tiene su manera y su secreto para lograrlo; cada viaje por las diferentes bandas de intensidad de las emociones muestra un sin fin de respuestas sutiles y poderosas: desde eluso de la palabra a través de las sátiras de Mariano y las poesías de Gilberto, a los tejidos de Ana Veiba o al collage performado de Tránsito en su propio cuerpo.
Gilberto mantiene su resistencia, durante nuestra estadía en el hospital, él fue un
“contra-general de campo”1 total, que reclama su puesto de poder y se sostiene con el arma de la poesía. Pero la droga no lo deja hablar, traba sulengua. Él, es sólo un instrumento de Cristo quien en sueños le ordenó seguirlo y asentarse en el Julio Manrique: séptimo piso del infierno. La principal misión que me dio Jesucristo es la demandar a los hijueputas médicos psiquiatras y a sus pacientes a los profundísimos infiernos. Los médicos psiquiatras y los hijueputas que llaman pacientes todos son demonios aquí. Sibaté hospital, séptimo pisodel infierno, tengo 41 años de estar aquí, no había nacido usted todavía.

Cuarenta y un años interno y recuerda perfectamente el día en que nació-para-los
locos: entonces les hablé y les digo: señores locos: hoy es un día muy importante para ustedes. Perdónenme que me haya equivocado de término; es un día grandísimo ¿Y por qué grandísimo? Porque ha venido a hacerles compañía un loco que estámás loco que ustedes ¿Y por qué estoy más loco que ustedes? Porque tengo intacta la razón.

UNA ISLA DE EXILIO

En Sibaté sobrevive la imagen del loco como condenado, como ser que se dejó
tentar. Desde el siglo XVII el internamiento es ese espacio ficticio en el cual se
condensan los males más terribles del hombre: las faltas a la moral y la razón. Mal y castigo, pecado y culpa. El error, en unmismo espacio de represión: la reclusión
“adquiere una eficacia doble, en la curación de los cuerpos y en la purificación de las almas”2.
El loco devela que la pasividad vista a contraluz habla de las resistencias
culturales que se viven en el hospital. Las prácticas de poder de la cultura dominante sitúan en la periferia a diversos grupos humanos y excluyen a los individuos que se comportande manera divergente: discriminan a quien no vive en los centros de poder, a quien no conserva un ancestro de pureza -proceso de blanqueamiento de su raza-, y a quien es medido en las estadísticas por debajo del nivel de vida adecuado; y también recluyen a quien tiene comportamientos por fuera de lo común. Las estrategias son múltiples y sutiles. Gilberto es negro, viene del Chocó y está...