Los Centros Escolares Y Su Entorno

Cultura y Participación en el Centro Educativo


Alfonso Osorio de Rebellón Yohn
Universidad de Navarra
4 de febrero 2002

En cualquier grupo social, la cultura la forman y la viven las personas que se desarrollan en dicho ámbito. Es decir, según el tipo de sociedad de que se trate, las personas que allí viven, trabajan, juegan, etc.
En el caso de un centro educativo, hay que tener encuenta a distintos grupos de personas. Sería un error pensar que sólo los profesores desarrollan la cultura del centro porque son quienes enseñan, o los directivos, que son quienes planifican el tipo de enseñanza que se va a impartir. Tampoco sería acertado incluir a los alumnos pero no a los padres, alegando que éstos últimos no viven el día a día de la actividad escolar. E igualmente errado seríael caso contrario: aceptar el protagonismo de los padres y no el de los alumnos, según la opinión de que son aquéllos los que velan por el interés de sus hijos, y quienes ejercitan el derecho de éstos a la educación.
A los alumnos, destinatarios y agentes de la actividad educativa, les corresponde por derecho propio un papel en la cultura del centro. Sus padres, por otro lado, son los principalesresponsables de la educación de sus hijos, y sólo por delegación encargan al centro una parte de esa tarea. Por ello su papel tiene también una singular importancia.
Así, alumnos y padres, profesores y directivos, todos ellos crean y transforman conjuntamente la cultura del centro. De todos ellos debe emanar esta cultura. Si ésta se impone desde una sola instancia, entonces no podemos hablarpropiamente de cultura.
De este modo cobra singular importancia, de cara a la formación de la cultura, el concepto de participación: es imprescindible la participación de todos los interesados en la configuración de la cultura del centro. Sin participación, ¿cómo podrán influir los distintos miembros de la comunidad escolar en su cultura? Es mediante la intervención de todos ellos cómo se va forjandoesta cultura común.
Y, del mismo modo que la cultura exige participación, ésta exige a su vez, como condición de posibilidad, la existencia de oportunidades y alternativas. Es necesario, en primer lugar, que las personas tengan oportunidades de participación. No basta con que tengan la oportunidad, como un derecho abstracto que diga “el que quiera participar, que lo haga”. No. Debe haberoportunidades concretas de participación que los miembros interpreten como tales y en las que éstos se sientan llamados a participar.
La directiva de un centro podría caer en la tentación de decir: “cualquiera que tenga algo que aportar, puede venir a ver al director y hablar con él; nadie se lo prohíbe”. Pero no es ésa la actitud adecuada. Ésa no esa la postura de alguien que se interesa por los demásmiembros de la comunidad. Es necesario crear los cauces para la participación, brindar esas oportunidades a todos los componentes del centro. Habrá que reunir a menudo a los profesores para que hablen entre sí y con la directiva, convocar con una cierta frecuencia a los padres, dar a los alumnos confianza para que se animen a participar...
Y a la vez que se fomentan oportunidades departicipación, debe haber alternativas reales. La participación queda vacía, sin sentido, sin ante ella no caben distintas alternativas. Si se pretende permitir la participación de una persona, y no se le acepta más que una sola respuesta, realmente no se le ha dejado participar. La participación no puede estar determinada de antemano; el sujeto debe estar abierto a distintas posibilidades, a variasalternativas. Entre estas alternativas habrá algunas que, desde un punto de vista ético, sean mejores que otras, e incluso algunas que sean contrarias a la ética. Pero siempre quedará abierta, dentro del campo de lo correcto, una amplia gama de posibilidades.
No toda elección es una elección ética. No siempre se ha de elegir entre lo bueno y lo malo. La mayoría de las veces se trata de elegir entre dos...