Los edukadores

Zygmunt Barman: Vida de consumo (Resumen)
El paso de la “modernidad sólida” a la “modernidad líquida” es observado –y ratificado– esta vez desde el punto de vista que sugiere otro paso: el de una sociedad de productores a una sociedad de consumidores. Subrayan la evidencia de que en nuestras sociedades el consumo se ha convertido en la primera fuerza productiva.
El consumismo es un sistema derelaciones que altera todos los parámetros de esa misma vida: tanto la percepción de los espacios como de los tiempos, la valoración de los objetos y de las actividades, la propia subjetividad sostenida en esperanzas que el consumismo induce y que no puede satisfacer sin riesgo de colapso. O el vínculo social, que se sostiene ahora sobre el andamio que el consumismo promueve y promete.
Elconsumismo no es un añadido exterior a las sociedades contemporáneas, o no es la prosecución de la modernidad por otros medios; es, por el contrario, un punto de inflexión. Pues el consumismo instaura, frente al tiempo del proceso y del proyecto, el mito del comienzo perpetuo rendido al fetichismo de la novedad. La novedad de hoy ha quedado ya inevitablemente envejecida por la novedad de mañana que ya seespera. Y esa novedad con fulgurante fecha de caducidad no es sólo la del objeto: es la del propio sujeto consumidor convertido él mismo en objeto de consumo, es la de los hábitos, la de las acciones y las pasiones, o la de las relaciones sociales, afectivas o laborales.
Satisfacción rápida con compromiso cero, relación breve e intensa con responsabilidad nula. Esos parecen ser los insistentesmensajes que, a modo de anuncios publicitarios, tienen éxito en la sociedad y cultura consumistas. Todo listo –y todos listos– para usar y tirar.
UN VIGOROSO ENSAYO SOBRE ETICA Y MORAL
Oscuros días de injusticia en la Argentina
En La era de la desolación, Dardo Scavino, un joven pensador argentino radicado en Francia, analiza desde la filosofía la crisis social del país y se pregunta por lalibertad, la igualdad y la solidaridad en este fin de siglo.
Este comentario al libro de Dardo Scavino podría muy bien iniciarse con la frase Pensar un libro, a la manera en que se la usa habitualmente como Pensar la Argentina o Pensar la Modernidad, pero no en el sentido de acotar el tema para el lector, un tema que a todas luces se considera relevante. La frase tiene un sentido más profundo: si seinvita a pensar el libro de Scavino, es porque nos proporciona un ejercicio de comprensión, de reflexión, de entendimiento de nuestra sociedad a las puertas del nuevo milenio, pocas veces tan logrado, como el que ofrece su propia lectura. Pensar el libro, La era de la desolación, es, pues, en todo sentido el equivalente o, en otros términos, el envés de la trama de un libro que invita a pensar.Elsubtítulo del ensayo nos anuncia que habrá de versar sobre la cuestión de la ética y la moral en la Argentina de nuestros tiempos, es decir, aquí y ahora, hic e nunc, si se me permite la torpeza de un latinismo. Pero este elemento, mejor aún la distinción, la contradicción y oposición que Scavino plantea entre ética y moral se ven trasladadas a las percepciones que los argentinos, con arreglo asu sentido común, incorporan a su lenguaje, acerca de los más variados fenómenos: la política, la economía, la corrupción de sus gobernantes, el deporte y las condiciones de la vida cotidiana que en el país se derivan en el interior del nuevo modelo capitalista del mercado globalizado.El interrogante principal del libro de Scavino es si en estas condiciones en que se enfrentan despiadadamente losintereses con los valores, depositándose el peso total de la balanza en los primeros, le queda a la igualdad, a la cooperación, a la solidaridad, a la comunicación auténtica, algún hilván, alguna hebra que la ética pueda rescatar en su dualismo con la moral no despabilada del sentido común. Pregunta que interpela a la ideología de los argentinos y que puede intercambiarse con otra de idéntico...