Los Niños Y Nosotros, Sus Otros
Páginas: 4 (884 palabras)
Publicado: 2 de diciembre de 2012
Los Niños y Nosotros, sus otros.
El colibrí es como esa idea que va y viene
para recordarnos que no hay nada firme
aunque este fijo en el espacio;
el colibrí me enseñó que no debo alimentar lailusión,
sòlo debo aprender de este tiempo;
su vuelo es algo que no interrumpe
las voces de la esperanza.
Sergio López Ramos
Hace unos cuántos minutos que deje a una paciente en lapuerta, frecuentemente, con la misma sensación de alivio y una mirada más apacible que con la que llegó; vengo a dar cuenta de tal situación porque hablábamos justamente de su hijo. Cuántas veces heescuchado las demandas de unos padres pidiendo ayuda para sus hijos, creen que los pequeños son quienes tienen un problema, una dificultad o un bache en su vida que no los deja crecer como “todos losdemás”.
La experiencia que me ha formado, me hace ver que el “problema” no radica en el pequeño, la verdadera dificultad está en lo que nosotros depositamos en él, la mayoría piensa einstruye a un niño en base al modelo que en su propia realidad fue formado, es decir, conforme a la historia que vivió dentro de su dinámica familiar. Al ver el resultado, es como si fuese un espejo vivienteque nos recuerda y nos afirma lo que somos, lo que fuimos y lo que seremos.
Delimitar los espacios y ejercicios de un niño depende en gran medida de lo impuesto por nosotros adultos, enqué momento comenzamos a estancar, a frustrar sueños y aspiraciones, en qué momento dejamos de preguntar, de tener gusto por la vida y querer hacer las cosas lo mejor que se pueda, pienso que estoocurre en el momento limitamos nuestra libertad y elegimos ser lo que nos demandan ser, perdernos en la multitud y ser lo que los demás nos dicen que debemos ser.
En la actualidad, son ambospadres, quienes en busca de una vida “más digna”, tienen que salir y dejar a los hijos al cuidado de otros. Hoy los niños son hijos de guardería, de los abuelos, de la televisión o de la vecina, y...
El colibrí es como esa idea que va y viene
para recordarnos que no hay nada firme
aunque este fijo en el espacio;
el colibrí me enseñó que no debo alimentar lailusión,
sòlo debo aprender de este tiempo;
su vuelo es algo que no interrumpe
las voces de la esperanza.
Sergio López Ramos
Hace unos cuántos minutos que deje a una paciente en lapuerta, frecuentemente, con la misma sensación de alivio y una mirada más apacible que con la que llegó; vengo a dar cuenta de tal situación porque hablábamos justamente de su hijo. Cuántas veces heescuchado las demandas de unos padres pidiendo ayuda para sus hijos, creen que los pequeños son quienes tienen un problema, una dificultad o un bache en su vida que no los deja crecer como “todos losdemás”.
La experiencia que me ha formado, me hace ver que el “problema” no radica en el pequeño, la verdadera dificultad está en lo que nosotros depositamos en él, la mayoría piensa einstruye a un niño en base al modelo que en su propia realidad fue formado, es decir, conforme a la historia que vivió dentro de su dinámica familiar. Al ver el resultado, es como si fuese un espejo vivienteque nos recuerda y nos afirma lo que somos, lo que fuimos y lo que seremos.
Delimitar los espacios y ejercicios de un niño depende en gran medida de lo impuesto por nosotros adultos, enqué momento comenzamos a estancar, a frustrar sueños y aspiraciones, en qué momento dejamos de preguntar, de tener gusto por la vida y querer hacer las cosas lo mejor que se pueda, pienso que estoocurre en el momento limitamos nuestra libertad y elegimos ser lo que nos demandan ser, perdernos en la multitud y ser lo que los demás nos dicen que debemos ser.
En la actualidad, son ambospadres, quienes en busca de una vida “más digna”, tienen que salir y dejar a los hijos al cuidado de otros. Hoy los niños son hijos de guardería, de los abuelos, de la televisión o de la vecina, y...
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