Los Viajes De La Iniciación

Los viajes de la iniciación
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Gran Logia de los Andes:. Logia Solidaridad N 12:. Arturo David Mancilla Díaz – Apr:. Mas:.

LOS VIAJES DE LA INICIACIÓN
Capítulo I
En la caverna
En el principio todo era oscuridad y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas. El sentimiento de indefensión es indescriptible. Despojado de las prendas que con minucioso cuidadohabía preparado con días de anterioridad y despojado de los metales que nos ofrecen una falsa ilusión de seguridad y vanidad, descalzo de un pie y con el pecho expuesto, atado con una soga áspera al cuello y la cintura y con los ojos vendados, las ideas inundan el pensamiento en un torbellino de imágenes, sonidos y recuerdos desordenados que inevitablemente saltan de uno a otro sin tener controlsobre ellos. El olor a tierra húmeda se hace evidente en la Cámara de Reflexiones. La imagen cavernaria es inevitable, el recuerdo del mito de la Caverna se hace presente. Este es el origen, el principio, el nacimiento a una nueva vida. Las imágenes que adornan la Cámara dislocan el pensamiento lógico, únicamente se tiene la coherencia primitiva para saber que se está vivo. Salta a la vista la imagende lo que en algún momento fue un ser vivo, recuerdo de nuestra falibilidad y nuestra efímera bóveda corpórea. Sobre una mesa reposa una hoja de papel. ¿Qué deberes tiene el hombre para con Dios?, una respuesta ligera es imperdonable, una respuesta completa imposible. Después de toda una vida profana estudiando en colegios católicos, la idea de Dios tiende a pasar por un proceso que permite sumaduración: fe, duda, negación, saber. Hoy día no tengo la menor duda sobre la existencia de Dios, pero sé también que es un Dios diferente, un Dios lleno de amor, el aliento primario que dio forma a nuestro universo exterior e interior. Si cada uno de nosotros está hecho a la imagen y semejanza de Dios, cada uno de nosotros es una representación de Dios, dicho de otra forma, cada uno es su propioDios. Dotados de razón como lo estamos, determinamos nuestro comportamiento no por imitación primitiva, sino por una convicción de alcanzar el Bien por el Bien mismo; de modo que, el deber principal que tenemos con Dios no puede ser otro que respetar la sus-

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tancial convicción que tenemos de él, usar la razón para discernir el Bien del mal y seguir el camino de los Justos. ¿Qué deberestiene el hombre para con sus semejantes?, partiendo de la idea anterior la respuesta resulta obvia. Si el Bien es nuestra motivación, el Bien es nuestro fin y nuestro medio; sólo actuando de manera justa y bondadosa se logra el asentamiento de una sociedad que persigue la perfección, la cual, si bien no es posible dentro de la flaqueza humana, es el motor suficiente que debe guiar nuestrocomportamiento social; evitando hacer a los demás lo que no nos gustaría que nos hicieran, estamos cumpliendo como seres sociales, constructores de paz y convivencia. ¿Qué deberes tiene el hombre para consigo mismo? La vanidad y la envidia siempre acompañan a los hombres profanos cuya motivación nos es otra que lograr el máximo provecho para sí, sin importar el daño que se cause a los demás. Cuando sepersigue el Bien por el Bien mismo y el comportamiento se orienta por la profunda convicción de la bondad y la justicia, el hombre renuncia a sí para convertirse en parte de algo superior a él, se abandona la vanidad y el egocentrismo y se alcanza el conocimiento superior que ha orientado a los avatares, seres cuyo desprendimiento les ha permitido ser luz en medio de la oscuridad, oasis en el desierto,isla en el mar de adversidades. Una convicción de tal magnitud únicamente es posible a través del estudio y la meditación, del conocimiento propio de sí mismo, de la consecución de un espíritu diáfano. Habiendo dado respuesta a las cuestiones planteadas, sólo restaba hacer mi testamento filosófico. ¿Qué recuerdo quisiera usted dejar de su paso por la tierra?, sin que la vanidad acompañe mis...