Lunita de tucuman
Shun sin saber que hacer cerró sus ojos mientras recordaba laspalabras de Shiryu: "Deja que tu corazón te guíe"
Y eso hizo, dejó que su cada vez más acelerado corazón se ocupara de todo.
Ikki pudo sentir ese cambio en la actitud de suhermano, y entre aquel beso sonrió, pero aún era muy pronto para sentir la dicha entera. Él quería... él necesitaba más. Desplazó una de sus manos acariciando el cuerpo delgado hasta llegar a la parteíntima de su hermano que le hizo inconscientemente lanzar un gemido.
Su rostro se encendió, Shun volvió a sentir miedo ya no por quién era el que estaba en frente suyo, sino por lo que estabaempezando a hacer.
-Shun... –Mientras se escuchaba la voz suave pero indudablemente llena de deseo, su hermano comenzaba a frotar su mano en aquella zona de la cual no se había apartadoni un solo segundo, Ikki acercó su rostro al de su Ototo para susurrar algo...
“Déjame besar
el brillo de tu desnudez
déjame llegar
a ese rincón que yo soñé”
Rendido ante aquellas caricias, abrió los ojos, y lo primero que vio fue aquellos ojos profundos mirándolo con tanta dulzura y a la vez tan fervientes.
Ikki dejó de torturar aquella parte ycomenzó a acariciar lentamente el cuerpo de su hermano mientras a su paso dejaba las marcas de pequeñas succiones sobre la piel blanca, introdujo ambas manos bajo la ya estorbosa bata y recorriendo desdela cintura hasta los delgados brazos de su ángel, lentamente comenzó a retirarla hasta que la prenda terminó en el piso.
Shun sintiendo que no podría soportarlo más, se lanzó contra elpecho de su hermano y lo abrazó efusivamente. Ikki lo cargó mientras que Shun rodeaba con sus piernas la cintura de su hermano.
Sin perder tiempo, Ikki lo llevó hacia la cama y lo acostó...
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