Mantenimiento Equipos Biomedicos
Más que abordar el problema desde una visión jurídica, sería bueno verlo desde una visión humana. Con esta columna reitero lo que he dicho anteriormente: soy consumidor de marihuana. Tengo lacostumbre de llegar al apartamento en la noche, dejar las cosas, finiquitar uno que otro asunto y antes de acostarme, bajar a fumarme un cigarrillo de marihuana. Ha habido variaciones en estacostumbre, ahora prefiero usar un par de veces una pipa y a dormir. Ni siquiera es un porro completo y tampoco es un plan de todas las noches. Mis padres lo saben, no hay secretos. De hecho lo que me empujóa hacer esta columna fue que hace dos noches subí al apartamento, después de fumar, y mi mamá me vio la cara, hablamos un rato y después me dijo con risa 'vaya y chúpese un limón y no me joda'.Considero como drogas al alcohol y al cigarrillo. Producen dependencia, muertos y más violencia que cualquier tipo de marihuana o alguna otra droga (excepto en lo que refiere al narcotráfico). Pienso queesas drogas son sociales por los intereses económicos que se mueven detrás de esas industrias. Por eso la gente no ve mal que niñas y niños de 15 o 16 años consuman alcohol, pero ve con espanto queuna persona adulta, en pleno uso de su razón decida fumarse un porrito de cuando en cuando. Acepto las objeciones que ante esto se pueden levantar: que se puede volver un vicio, que se puede salir decontrol, que el consumo se puede dar en edades muy tempranas. Todo eso lo concedo, pero creo, sinceramente, que la prevención de todas esas situaciones responde a cuestiones de educación, pedagogía y...
Regístrate para leer el documento completo.