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“Represento un partido que no existe todavía;
El partido Revolución Civilización.
Este partido hará el siglo XX;
surgirán primero los Estados Unidos de Europa,
después,los Estados Unidos del Mundo…”


Victor Hugo; intervención ante el Congreso de Amigos de la Paz en 1.849



¿LISTOS PARA EL FÈNIX ?



Dentro de unos 30 años, Norteamericanos, Japoneses, Europeos, y habitantes demuchos otros paises ricos, y de algunos relativamente pobres, probablemente pagarán sus compras con la misma moneda !
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L
os precios ya no se cotizarán en dólares, yenes o libras esterlinas, sino en una nueva moneda que podría llamarse “EL FÉNIX”. Tanto las empresas como los compradores se mostrarán a favor del fénix,porque será más conveniente que las monedas nacionales actuales, que para ese entonces serán consideradas como un factor extraño en la desorganización de la vida económica a principios del siglo XXI.

Expresada a fines de los 90’s, esta parece una predicción remota. Hace unos 20 años proliferaban las propuestas para una posible UNIÓN MONETARIA, pero estas difícilmente contemplaban los contratiemposde 1.987. Los gobiernos de las grandes economías trataron de avanzar unos cuantos pasos hacia un sistema de tasas de cambio mejor administrado (etapa preliminar lógica, podría parecer, de una reforma monetaria radical). Por falta de cooperación en sus políticas económicas subyacentes, lamentablemente desperdiciaron esa oportunidad, provocando el alza en las tasas de interés que ocasionó la crisisdel mercado bursátil de octubre de 1.987. Estos hechos fueron un escarmiento para los reformadores de las tasas de cambio. La crisis del mercado les enseñó que la pretensión de una cooperación de políticas puede ser peor que nada, y que será difìcil realizar cualquier intento de vincular las monedas hasta que no sea factible llegar a una verdadera cooperación, es decir, hasta que los gobiernos nose desprendan de una parte de la soberanía económica.

A pesar de los grandes obstáculos que enfrentan los gobiernos en sus intentos por avanzar y, lo que es más difícil, por respetar los acuerdos internacionales sobre políticas macroeconómicas, cada día es más fuerte el convencimiento de que las tasas de cambio no pueden abandonarse a su suerte. No debe olvidarse que el “Acuerdo delLouvre”, y su antecesor, “El acuerdo del Plaza” de septiembre de 1.985, fueron medidas de emergencia tomadas para manejar una crisis de inestabilidad monetaria. Entre 1.983 y 1.985 el dólar aumentó un 34% frente a las monedas de los socios comerciales de Estados Unidos; desde entonces, ha bajado considerablemente. Estos cambios han desvirtuado el patrón de “ventaja comparativa internacional” másdrásticamente en cuatro años que las fuerzas económicas subyacentes en toda una generación.

Los principales Bancos Centrales, temiendo la aparición de otras crisis de las principales monedas, han vuelto a intervenir conjuntamente en los mercados monetarios. Los ministros defensores del mercado se han convertido a la causa de la estabilidad de las tasas de cambio. Los funcionarios Japoneses estántomando en serio la posibilidad de adoptar esquemas similares al sistema monetario Europeo (SME) para las principales economías industriales. No obstante el preocupante fracaso de “Acuerdo de Louvre”, persiste el convencimiento de que es necesario hacer algo respecto a las tasas de cambio.

Y algo se hará, muy probablemente en el curso de los próximos años. Aunque es seguro que, al poco tiempode firmarse el siguiente acuerdo sobre divisas, pase con este lo mismo que con el anterior; fracasará!. Los gobiernos no están preparados para subordinar sus objetivos nacionales al de una estabilidad financiera internacional. Antes de que los políticos se decidan a enfrentar firmemente esa decisión, serán necesarios varios cambios considerables en las tasas de cambio, unas cuantas crisis más...