Matemáticas su aprendizaje en el placer

RAFAEL MARTNEZ NEGRETE Lejos del placer, las Matemticas son enseadas y aprendidas mientras se necesiten, en aulas de obligacin, premios y castigos, en fin, de refuerzos que ignoran el poder del placer y su prctica inteligente. Las siguientes reflexiones, no pretenden estructurar un mnimo terico ni prctico acerca de la educacin, slo anhelan comunicar lo que la rutina educativa no ve o ya olvid. Esdecir, la relevancia de la duda y el placer en la formacin de personas y conocimientos. Con demasiada e inconsciente frecuencia olvidamos que las reas del conocimiento son parcelas delimitadas artificialmente por fronteras que emergen de bien intencionados afanes didcticos, propios de cualquier taxonoma. Y en la dinmica del aprendo-enseo y del enseo-aprendo, nos anestesiamos de celo y orgullointelectual, que nos impide reconocer que el riego y abono de un predio vecino, redundar en la germinacin y posible cosecha en otro. Adems de la calidad y cantidad de granos sembrados en su temporada, el factor esttico es quien nos brinda el placer y es la cuna de un feliz labriego, o en su defecto, de un taciturno pen. Es curiosamente el placer lo que nos mueve a sembrar el pan, que otros, con unplacer similar, disfrutarn. En el aprendizaje, la genuina actitud gozosa es tan vital como determinante en los frutos del saber, que es, ha sido y ser la valoracin del paisaje. El elemento esttico, aportado por el descubrir, inventar o comprender las relaciones de los elementos naturales y sus abstracciones, est siendo tristemente amenazado por el gozo inmeditico y bsico. Quien ignore la belleza,como consecuencia de la imperdonable y nunca ausente necesidad de lo prctico, ser incapaz de disfrutar, el bienestar que sus ilusorias expectativas le prometieron. El hombre nace ciego y muere miope ( Horace Walpole 1717-1797 ). Las Matemticas colaboran con este bello axioma, impidiendo morir sin antes haber vislumbrado las inaprehensibles y difusas sombras de la socrtica existencia. Donde muchasveces jams se detienen las pupilas del espritu y menos las de la razn. Hace bien recordar que muchos de los eslabones de esta disciplina fueron en su poca inadvertidamente aportados por vecinos lejanos a esta regin. Abogados, filsofos, literatos, militares, sacerdotes, jugadores, comerciantes y ms de un don nadie que en busca de un placer presente, satisficieron necesidades futuras. Tal vez sitodos ellos, se hubieran dedicado exclusivamente a esta exacta ciencia, en el mejor de los casos, vctimas de una rutina y una renta, habran sido excelentes profesores repitiendo lo que ya se saba hace un siglo. Pero el creciente y verdadero goce esttico e intelectual que les provocaba este saber les permita ignorar las supuestas barreras epistemolgicas que a muchos los sumerge en un confortable,pero mediocre locus cultural. La misin de un maestro no slo es transmitir correctamente el conocimiento estipulado en el programa educacional de moda o el ms rentable. Su labor principal debiera ser la generacin de inquietudes, la incitacin a dudar y cuestionar, estimular la curiosidad por conocer y la voluntad de mejorar lo conocido. Para ello la emocin manifestada en el dilogo pedaggico es tan oms relevante que los propios contenidos. La expresin de una espontnea afectuosidad, de un discurso ameno, seductor y creativo de un profesor hacia quienes gua, adems de despertar inters y atencin en el estudio, supera la incmoda sensacin de obligatoriedad de un programa. Si un maestro no se asombra con lo que ensea, tampoco lo har con la apata y el tedio de quienes cree ensear. Por ello elredescubrir la belleza y placer que nos causa lo que deseamos transmitir garantiza una mnima acogida del mensaje y optimiza la disposicin a captarlo. Creo importante hacer notar que, si bien concretizar las Matemticas para amigarlas puede ser un recurso prctico y econmico, a largo plazo ste encarece porque las dotes analticas, los talentos imaginativos y sobre todo la nunca bien valorada capacidad de...