Matrimonio

Explorar el mundo subjetivo del matrimonio, significa un reto en el que la objetividad se puede perder de vista en una delgada línea. Sobrevivimos en una sociedad criticona que nos impone reglasmorales, religiosas, y culturales, a las cuales frecuentemente damos respuestas como manada, repitiendo costumbres arraigas que a luz de la practica se exhiben equivocadas. Sin embargo, una y otra vezcontinuamos repitiéndolas.
Hacemos a un lado la responsabilidad que conlleva aprender a ser personas, a existir como individuos dentro de una vida contenida de valores, basada en la libertad, y laresponsabilidad. Bajo esta conciencia, el primer requisito a cubrir antes de llegar al matrimonio sería experimentarnos valiosos, basándonos en la única de la verdades, el amor. Lamentablemente lapalabra amor, se aplica a cualquier relación insana, donde se confunde el amor con la dependencia, aunado a ello se le exige al compañero que se responsabilice de nuestro bien-estar, emocional, y mental,de esta manera nos alejamos de nosotros mismos.
En la sociedad y la cultura a la que pertenezco, vivimos antropológicamente matrimonios de telenovela. Se involucran en nuestras falsas enseñanzasdel “amor” la nefasta educación que nos regala la TV, donde las mujeres “buenas” sufren, se victimizan y aceptan las inseguridades de la pareja. De este modo se llega al matrimonio con escuela detelenovela, en la que el marido o “bebe-saurio” que no sabe sobrevivir sin una “mamá” al lado busca afuera quien cierre las heridas que lleva dentro, o viceversa, la mujer que busca un “papá” que la sigamanteniendo y le resuelva la vida, evaporándose en una relación en la que se somete por conveniencia, pero también porque así le fue trasmitido culturalmente.
Otro aspecto lamentable es cuantoinfluye la televisión en opacar las relaciones homosexuales. Ya lo vimos en el caso de las adopciones, cada vez que se tocaba este tema podíamos observar escenas de desfiles gays, (ridiculizados a...