Mexicanos en el extranjero
Enfrentarse a la luz pública y ser juzgado por ella, salir del clóset (come out) y declararse indocumentado no infligió daños legales severos aquienes lo hicieron –entre los más conocidos está José Antonio Vargas, filipino de nacimiento pero americano desde que tiene memoria porque fue enviado a casa de sus abuelos en California hasta quedescubrió el miedo que significaba no tener documentos a los 16 años en que intentó solicitar una licencia de manejo-, todo lo contrario: los volvió invulnerables. La experiencia personal de Vargas,contada por él mismo en el periódico Washington Post y después en Time, dio valor a los jóvenes estudiantes de las universidades norteamericanas para aceptarse como indocumentados.
De todo esto hanpasado un par de años apenas y los logros han sido grandes. Se cumplió un año en agosto de la aprobación de la DREAM ACT (DACA) y muchos jóvenes se han acogido a sus ventajas: obtener un documento que losacredite como residentes legales y les permita trabajar, estudiar o ambos durante dos años. Entre las familias indocumentadas generó desconfianza la apuesta de Barack Obama para ganarse al electoradohispano y asiático indeciso. Cuando Obama presentó su propuesta ante el Congreso estaba a punto de terminar su primer periodo y si perdía la contienda para un segundo período, la DREAM ACTdesaparecería, dejando a los Dreamers con las manos vacías. Aun cuando Obama ganara de nuevo la presidencia, la ley establecía que podía ser suspendida en el momento en que el gobierno de Estados Unidos así...
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