Miguel de buria
Los negros vueltos a su libertad, y teniendo por rey a este Espartaco nuestro, disfrutaron sin duda de efímera y profunda felicidad con sus remedos de corte, palacios de paja, corona deflores y fornidos nobles de calzón corto con el pecho desnudo. Como Nefertiti, la faraona; ya me imagino a Guiomar con el cuello alto y las facciones finas... Alerta: ¡Gente viene! Son jirajaras, losferoces guerreros... Venimos en tu busca, rey Miguel. María Lionza, nuestra diosa, nos ha dicho que sumemos esfuerzos para expulsar al español... Los españoles entre tanto los habían cercado con el mayorsigilo. Así hablan Diego de Lozada “Caballero de Río Negro” y el Cautivo. ¿Habéis oído, don Diego, lo que traman estos malditos? Callaos, amigo mío, que nos pueden escuchar... Poco nos importa si nosescuchan o no, le dice el Cautivo. Los tenemos rodeados con los arcabuces a punto. Tenéis razón, Cautivo. Salgamos de esto de una vez: ¡Santiago y Cierra España! (Descarga cerrada de arcabuces....
Regístrate para leer el documento completo.