Morelia
Sus crepúsculos son siempre esplendidos. Al tramontar el Sol la crestería del ocaso, inflama las nubes con luces de una maravillosa coloración y transparencia. El oro viejo, el gualda, el carmín,la violeta, el ópalo, la turquesa, la esmeralda, el rubí, el topacio, el zafiro y la amatista presentan al Sol sus colores para embadurnar la gigante paleta del cielo, en esas tardes de octubre queson las más hermosas del a;o para pintar sus crepúsculos.
Al oriente, la antigua calzada de México, bordeada a lo largo por ambos lados de animosos y copados fresnos que se cruzan formando una espesabóveda de follaje por donde atraviesa el Sol trabajosamente, termina en la loma que llaman del Zapote.
Desde su parte más alta se contempla un panorama grandioso. En primer término una arboleada defresnos, inmensa, fastuosa, en cuya cima destacan, las casas, las torres y las cúpulas revestidas de brillantes azulejos.
Mas allá el elevado pico de Quinceo coronado de obscuros pinares, el azul picodel Zirate y las no menos azules ondulaciones de las montañas de San Andrés, desde donde el moribundo Sol lanza sus ardientes melancólicas miradas de despedida a Morelia que las reciben amorosareclinada en su lecho de perfumadas flores. Al sur, desde la ca;ada del rincón, se lanza como flecha gigantesca hacia la ciudad un acueducto romano de arcos de piedra ennegrecida por los años, que la...
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