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LA CANTANTE CALVA

PERSONAJES: SEÑOR PEREZ, SEÑORA PEREZ, SEÑOR GOMEZ, SEÑORA GOMEZ, MARY, LA SIRVIENTA, EL CAPITÁN DE LOS BOMBEROS.
ESCENA I
Interior burgués guayaquileño, con sillones guayaquileños. Velada guayaquileña. El señor
PEREZ, guayaquileño, en su sillón y con sus zapatillas guayaquileñas, fuma su pipa guayaquileña y lee un diario guayaquileño, junto a una chimenea guayaquileña.Tiene anteojos guayaquileños y un bigotito gris guayaquileño. A su lado, en otro sillón guayaquileño, la señora PEREZ, guayaquileña, remienda unos calcetines guayaquileños.
Un largo momento de silencio guayaquileño. El reloj de chimenea guayaquileño hace oír diecisiete toques guayaquileños.
SRA. PEREZ:
– ¡Vaya, son las nueve! Hemos comido sopa, pescado, patatas con tocino, y ensaladaguayaquileña. Los niños han bebido agua guayaquileña. Hemos comido bien esta noche. Eso es porque vivimos en la vía a Samborondon y nos apellidamos PEREZ.
SR. PEREZ: (continuando su lectura, chasquea la lengua).
SRA. PEREZ:
– Las patatas están muy bien con tocino, y el aceite de la ensalada no
Estaba rancio. El aceite del almacenero de la esquina es de mucho mejor calidad que el aceite del almacenero deenfrente, y también mejor que el aceite del almacenero del final de la cuesta. Pero con ello no quiero decir que el aceite de aquéllos sea malo.
SR. PEREZ: (continuando su lectura, chasquea la lengua).
SRA. PEREZ:
– Sin embargo, el aceite del almacenero de la esquina sigue siendo el mejor.
SR. PEREZ: (continuando su lectura, chasquea la lengua).
SRA. PEREZ:
– Esta vez Mary ha cocido bienlas patatas. La vez anterior no las había Cocido bien. A mí no me gustan sino cuando están bien cocidas.
SR. PEREZ: (continuando su lectura, chasquea la lengua).
SRA. PEREZ:
– El pescado era fresco. Me he chupado los dedos. Lo he repetido dos veces. No, tres veces. Eso me hace ir al retrete. Tú también has comido tres raciones. Sin embargo, la tercera vez has tomado menos que las dos primeras,en tanto que yo he tomado mucho más. Esta noche he comido mejor que tú. ¿Cómo es eso? Ordinariamente eres tú quien come más. No es el apetito lo que te falta.
SR. PEREZ: (continuando su lectura, chasquea la lengua).
SRA. PEREZ:
– No obstante, la sopa estaba quizás un poco demasiado salada. Tenía más sal que tú. ¡Ja, ja!
SR. PEREZ: (continuando su lectura, chasquea la lengua).
SRA. PEREZ:– El yogurt es excelente para el estómago, los riñones, el apéndice y la
Apoteosis. Eso es lo que me dijo el doctor Mackenzie-King, que atiende a los niños de nuestros vecinos, los Herrera Es un buen médico. Se puede tener confianza en él. Nunca recomienda más medicamentos que los que ha experimentado él mismo. Antes de operar a Herrera se hizo operar el hígado sin estar enfermo.
SR. PEREZ:
–Pero, entonces, ¿cómo es posible que el doctor saliera bien de la operación y Herrera muriera a consecuencia de ella?
SRA. PEREZ:
– Porque la operación dio buen resultado en el caso del doctor y no en el de Herrera.


SR. PEREZ:
– Entonces Mackenzie no es un buen médico. La operación habría debido dar buen resultado en los dos o los dos habrían debido morir.
SRA. PEREZ:
– ¿Por qué?
SR.PEREZ:
– Un médico concienzudo debe morir con el enfermo si no pueden curarse juntos. El capitán de un barco perece con el barco, en el agua. No le sobrevive.
SRA. PEREZ:
– No se puede comparar a un enfermo con un barco.
SR. PEREZ:
– ¿Por qué no? El barco tiene también sus enfermedades; además tu doctor es tan sano como un barco; también por eso debía perecer al mismo tiempo que el enfermo,como el doctor y su barco.
SRA. PEREZ:
– ¡Ah! ¡No había pensado en eso!... Tal vez sea justo... Entonces, ¿cuál es tu conclusión?
SR. PEREZ:
– Que todos los doctores no son más que charlatanes. Y también todos los enfermos. Sólo la Comisión de transito es honrada en Guayaquil.
SRA. PEREZ:
– Pero no los Vigilantes.
SR. PEREZ:
– Naturalmente.
Pausa.
SR. PEREZ (sigue leyendo el...