Nuevas maestras, viejos discursos
Nuevas maestras, viejos discursos
Constantemente decimos, nos dicen, escuchamos sobre la necesidad de una mirada crítica, que nos permitaser objetivos sin necesidad de hallar culpables, para comprender y explicar desde otro lugar qué es lo que sucede con nuestra educación. Como futuros docentes no podemos ser completamente objetivos,desde nuestros aún precarios conocimientos solo podemos exponer lo que vemos desde un lugar más subjetivo. Las experiencias vividas durante las pasantías fueron enriquecedoras, reveladoras e inclusomarcarán muchos aspectos de nuestra futura profesión. Pero también descubrimos que existen muchos desafíos esperándonos a la entrada de la escuela, que muchas veces nos impedirán el paso, pero quenecesitamos enfrentar.
Al entrar al aula ese primer día muchas eran las expectativas y los miedos, que con el transcurso de los días fueron desapareciendo. Los tiempos han cambiado pero dentro del aulatodo sigue igual o por lo menos es muy poco lo que podemos decir que se ha modificado. Chicos inquietos, aburridos, juguetones, pero mucho más despiertos, avasalladores, individualistas, conocedores desus derechos y cómplices de sus padres en demasiadas ocasiones. Al cerrarse la puerta del aula quedamos cara a cara frente a ellos y hacemos uso de todas las herramientas con las que contamos paraenfrentar la labor más difícil y noble, enseñar.
Las maestras arrastran un legado del que es muy difícil desembarazarse, una estructura que viene ligada a la institución educativa casi desde suscomienzos. Horarios estrictos, falta de tiempo, una rutina tan arraigada que muchas veces juega en contra, y normas, demasiadas normas, imprescindibles reglas que debemos cumplir. Mantenerlos callados,respetar la disposición del aula ya que la sobrepoblación de la misma no permite otra cosa, falta de infraestructura y materiales, escaso compromiso de otras instituciones, y muchas falencias más. Son...
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