Nuevos planteamientos sobre la terapia

NUEVOS PLANTEAMIENTOS SOBRE LA TERAPIA DE PAREJA

Todos hemos vivido esa horrenda experiencia: haces una fiesta o invitas a cenar a una pareja, y empieza a pelear, justo ahí, frente a ti – el asesinato del carácter, el enojo apenas controlado, la transferencia neurótica de su escasa atracción sexual a, por decir, la higiene del perro de la familia; todo lo cual hace que quieras fingir que teahogas y quieras esconderte. Sin duda que presenciar las peleas de una pareja puede parecer menos malo para los profesionales, esos terapeutas de familia y matrimonios que tienen credenciales y a quienes se les paga, cuyo trabajo es ayudar a los otros significativos a trabajar para resolver problemas y dolor.
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Todos hemosvivido esa horrenda experiencia: haces una fiesta o invitas a cenar a una pareja, y empieza a pelear, justo ahí, frente a ti – el asesinato del carácter, el enojo apenas controlado, la transferencia neurótica de su escasa atracción sexual a, por decir, la higiene del perro de la familia; todo lo cual hace que quieras fingir que te ahogas y quieras esconderte. Sin duda que presenciar las peleas deuna pareja puede parecer menos malo para los profesionales, esos terapeutas de familia y matrimonios que tienen credenciales y a quienes se les paga, cuyo trabajo es ayudar a los otros significativos a trabajar para resolver problemas y dolor.
“Oh no”, dice Terry Real, un prominente psicólogo y uno de un creciente número de terapeutas familiares que hablan de cómo se siente la terapia de parejadesde su lugar. “Es mucho peor”. A la mesa en la cena, explica Real, sólo eres un mirón, un daño colateral. En el consultorio, dice, “se supone que haces algo al respecto”.
El hecho de que la terapia de pareja tense a los terapeutas ha sido un secreto a voces de tiempo atrás. No obstante, el campo parece haber decidido que ahora sería un momento apropiado para que quienes lo ejercen resuelvan sussentimientos y los desahoguen. Empezó con el número noviembre/diciembre de la revista gremial The Psychotherapy Networker y su paquete de portada, “¿Quién le tema a la terapia de pareja?”.
“Se reconoce ampliamente que la terapia de pareja es la más desafiante”, dice Richard Simon, el editor de la revista. “Es mucho lo que está en juego. Manejas volatilidad. Hay secretos a menudo. Sólo tratábamosde explicitar algo que ya saben quienes han hecho terapia de pareja: con frecuencia te sientes confundido, tienes diferencias con al menos uno de los pacientes, no hay control”.
Parte del problema es que el tipo de persona que tiende a ser terapeuta – empática, sensible, tranquila, tolerante – no es, por lo general, el tipo de persona que pueda ser un buen terapeuta de parejas. “El tradicional ypasivo ajá, ajá, no sirve”, dice Real. “Te tiene que gustar la acción. Para manejar un combate marital, un terapeuta necesita meterse, mezclarse con el cliente, ser un ninja. Es intimidante”.
“Es atemorizante enfrentarse a la fuerza de dos individuos fuertes cuando chocan”, dice.
Peter Pearson y Ellyn Bader, psicólogos y fundadores del Instituto para Parejas en Palo Alto, California, que ofrecetanto terapia como capacitación para terapeutas, describen la experiencia de la terapia para parejas excesivamente conflictivas en términos igualmente violentos, aunque metafóricos: “como pilotear un helicóptero durante un huracán”.
Para exacerbar el problema del tierno y empático, atrapado en el fuego cruzado, en la terapia de pareja, como se ejerce hoy día – un terapeuta y dos cónyuges juntosen una habitación – empezó en lo que se podría verse como una forma retorcida. Antes de principios de los 1960, lo más típico era que los maridos y las esposas buscaran consejo solos, no juntos; normalmente, lo brindaba algún clérigo, un médico o un trabajador social, y el tono de la conversación era didáctico (esto es lo que necesita hacer), no terapéutico (entendamos por qué se siente tan...