Obra el si de las niñas

Obra el sí de las niñas.
Acto I.
Escena primera.
(Sale Don Diego de su cuarto; Simón, que está sentado en una silla, se levanta).
Don Diego: ¿no han venido todavía?
Simón: no, señor.
Don Diego: despacio la han tomado por cierto.
Simón: como si tía la quiere tanto, la cual no la ha visto desde que se fue a Guadalajara.
Don Diego: si, yo no digo que no la viese, pero solo con media hora devisita.
Simón: extraño la de estarse dos días enteros sin salir de la posada, cansa el dormir y el leer, sin tener un instante de quietud.
Don Diego: ha sido conveniente hacerlo así, aquí todos me conocen y no he querido que nadie me vea.
Simón: yo no alcanzo la causa de tanto retiro ¿acaso hay algo más de lo que ha visto?
Don Diego: si, hombre algo mas hay de lo que ha visto.
Simón:adelante.
Don Diego: tú al cabo lo has de saber y no puede tardar mucho, simón te encargo que no digas nada, tú eres hombre de bien y me has servido con fidelidad.
Simón: si, señor.
Don Diego: pues bien, te vuelvo a encargar que a nadie lo descubras.
Simón: bien esta, señor jamás he gustado de chismes.
Don Diego: ya lo sé, por eso quiero fiarme de ti, la verdad nunca había visto a la tal DoñaPaquita. Pero con la pequeña amistad con su madre tengo noticias de ella.
Simón: si, por cierto es muy linda y…
Don Diego: es muy linda, muy graciosa, muy humilde y sobre todo aquel candor, aquella inocencia, para acabar de informarle lo que yo he pensado es…
Simón: no hay que decírmelo.
Don Diego: ¿no? ¿Por qué?
Simón: porque ya lo adivino. Y me parece excelente idea.
Don Diego: ¿Qué dices?Simón: excelente.
Don Diego: ¿con que al instante has conocido?
Simón: ¿pues no es claro? Dígalo a usted me parece una buena boda, buena.
Don Diego: si, señor lo he mirado bien y tengo por cosa muy acertada.
Simón: seguro que sí.
Don Diego: pero quiero absolutamente que no se sepa hasta que este hecho.
Simón: y en ese caso hace usted bien.
Don Diego: porque no todos ven las cosas de una manera yno faltaría quien murmurase y dijese que es una locura.
Simón: ¿locura? Buena locura ¿con una chica como esa, eh?
Don Diego: pues ya ves tú, ella es una pobre, yo he buscado modestia, recogimiento de virtud.
Simón: eso es lo principal y sobre todo, lo que usted tiene y ¿para quién ha de ser?
Don Diego: dicen bien, tendré quien me asista con amor y fidelidad y viviremos como unos santos.Simón: pero siendo a gusto de entrambos ¿Qué pueden decir?
Don Diego: no, yo ya sé lo que dirían pero dirán que la boda es desigual, por la proporción de edad.
Simón: vamos, que no me parece tan notable la diferencia.
Don Diego: ¡qué hombre! Que habla si ella recién a cumplido 16 años hace unos meses.
Simón: pro si yo eh hablado de eso.
Don Diego: Pues de que hablas.
Simón: vamos usted no acaba deexplicarse o le entendí al revés, ¿con quién ha de casarse esta Doña Paquita?
Don Diego: conmigo.
Simón: ¿con usted?
Don Diego: conmigo.
Simón: medrados quedamos.
Don Diego: ¿Qué dices? Vamos ¿Qué?
Simón: y pensaba yo haber adivinado.
Don Diego: pues, ¿Qué creías? ¿Para quién juzgaste que la destinaba yo?
Simón: para Don Carlos, su sobrino de usted, para eso juzgue que sea guardaban latal niña.
Don Diego: pues, no señor.
Simón: pues bien esta.
Don Diego: que se haga hombre de valor.
Simón: pero más valor pide, ¡válgame dios! está usted bien seguro de que ella la quiere, si su elección es libre.
Don Diego: pues ¿no a de serlo?, ya ves tú la religiosa de Guadalajara, si es mujer de juicio, esta de Alcalá. En el convento le enseñan a bordar, coser, leer libros de votos, oírmisa y correr por la huerta.
Simón: yo nada señor.
Don Diego: y no pienses que no aprovecho las oportunidades para ir ganando su amistad y su confianza.
Simón: en fin señor, yo deseare que salga como usted apetece.
Don Diego: si, yo espero en Dios que no ha de salir mal.

Escena segunda.
Doña Francisca: ya estamos acá.
Doña Irene: ¡ay! ¡Qué escaleras!
Don Diego: muy bienvenida señoras....