Oratoria Musical

Oratoria musical1

Fernando Marín Corbí recorre la trayectoria del uso de la retórica musical desde el Renacimiento hasta finales del Barroco en una subdivisión tripartita, usando algunos ejemplos en cada período. La relación que se estableció entre retórica y música a finales del Renacimiento, desarrollándose principalmente durante el período que podemos llamar Manierismo,2 tiene su raízprincipal en las ideas de Marco Fabio Quintiliano expuestas en Institutio Oratoria alrededor del año 95 d. C. En el capítulo dedicado a la música, Quintiliano, después de relacionarla con la ciencia y la filosofía y situarla así a la misma altura, establece una relación necesaria entre las técnicas del orador y las del cantor. Esta relación no funciona únicamente a nivel estructural, sino también anivel interpretativo. Es decir, no solo deben el orador y el músico construir su mensaje mediante un sistema estructural determinado (hay que considerar aquí la gramática de los textos cantados o hablados junto con las propias normas de escritura musicales) sino que ambos deben cuidar de su voz y utilizarla inteligentemente en función del mensaje que pretenden difundir y acompañarla de lagesticulación adecuada.3 Marín establece una interesante relación entre esta gesticulación, que para Quintiliano era primordial, y el canto gregoriano.4 A pesar de ello, los vestigios de tal uso del gesto en época renacentista son probablemente escasos y puede ser por ello que el autor centra su texto en el contenido afectivo del lenguaje musical y la estructuración de la música en función de éste.
Maríndistingue, en el Renacimiento, dos ideas principales: el uso del motivo en el ámbito instrumental y, paralelamente, el uso del soggeto en el ámbito textual o vocal. Ambos encuentran su fundamento en el cantus firmus y se desarrollan mediante la imitación dando nacimiento a formas como el ricercar o la fuga. También habla de la disminución como estrategia compositiva y como técnica de improvisacióntal y como las define Tinctoris en Liber de arte contrapuncti (1477).5 Me gustaría recordar en este punto que, a pesar de las características comunes que pueden encontrarse en todo el movimiento manierista en relación a la retórica, resulta interesante observar también las diferencias existentes entre territorios y períodos. A este respecto, el mismo Marín habla del período isabelino enInglaterra al cual le atribuye un vocabulario afectivo construido principalmente mediante convenciones y unas figuras musicales preestablecidas que se consideran apropiadas para reflejar determinados humores.6 Encuentra Marín una dualidad subyacente en las figuras usadas en dicho período. Podemos apreciar dicha dualidad en figuras como la metáfora y la alegoría, ambas ofreciendo un significado “natural”que oculta un significado menos evidente, una a nivel de una sola palabra y la segunda a nivel de frase o discurso. En esta misma línea de dualidad, encontramos la yuxtaposición de dos tonalidades para presentar algún tipo de conflicto.7 Este concepto de dualidad isabelino, aunque obviamente ligado a la idea de repetición, deja entrever ciertas diferencias en relación a la retórica renacentista,mucho más centrada en la imitación pura y sus distintas formas. Es decir, mientras que la Inglaterra isabelina ofrece una retórica de ideas contrapuestas, la retórica renacentista del continente se decanta por insistir de distintas maneras en determinadas notas o motivos para establecer sus significados. La repetición se encuentra en figuras como incrementum, climax, regressio, epistrophe, epizeuxis,fuga, mimesis y, por supuesto, la propia repetitio. Es precisamente esta última idea la que, a pesar de todo, permite trazar cierto hilo conductor entre los usos retóricos renacentistas e Inglaterra, ya que dicha figura era usada en ambos contextos. Paralelamente, y quizás en un segundo plano, encontramos la figura de la diminutio también en ambas regiones, si bien en el contexto inglés esta...