Oscar borbolla
Por eso, llamaucronías a sus trabajos, y se asume como escritor ucrónico. No es, pues, un cronista que registra los órdenes de la temporalidad, sino un contracronista, un lúcido vigilante de la contracorriente. Suscrónicas no testimonian, así, el tiempo, sino el contratiempo; esa abundancia de la casualidad como excepción de la lógica cotidiana y como irrupción de la porfiada fantasía de vivir casi aquí y a deshora.La ucronía, por sí misma, debe ser uno de los ejercicios intelectuales más gratuitos: supone reescribir la historia como pudiese haber sido. De la Borbolla hace suyo ese probabilismo irónico parasugerir que estamos hechos, en esta América Latina de tiempos incautados y desvividos, de aquello que pudo haber sido y no fue. Pero, claro, libre de la piedad y el sentimentalismo que esta retórica dela identidad nuestra suele exhibir, De la Borbolla reescribe la historia cotidiana como el margen de subversión antidramática que podemos hallar en la cotidianidad.
La ucronía y lo ucrónico, segúnentiendo, es para él la forma irónica, no utilitaria, sobrerracional, de una escritura intragenérica (desborda el periodismo y atraviesa la narración) que da testimonio de hechos y gentes, episodiosy aventuras, donde las cosas ocurren con lógica paradojal, poniendo en crisis los códigos naturalizadores. Es cierto que la ficción hace, en sus mejores momentos, eso mismo. Pero el ucronismo es...
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