Los padres necesitan asumir responsablemente su rol como educador y formador de sus hijos. Esta tarea implica como lo expresa Manuel Barroso: “Sacar de la interioridad orgánicay emocional del hijo, la persona que está contenida… Formar es modelar para la vida: aprecio, y valoración propia, determinación, confianza en sí mismo, foco, coraje, valores yprincipios, excelencia y calidad, estilo de vida”. Y agrega el mismo autor:”Formar a un hijo es darle información y herramientas para que aprenda el arte de vivir, una vidaproductiva, con competencias personales y familia, para enfrentar a las sorpresas de la vida: aciertos y equivocaciones, virtudes y defectos, siendo responsable de su propia vida”. Los padres, como parte de su rol de educadores – formadores, son responsables de proveer estructuras, orden y límites en el contexto de la familia. Esto incluye: una experienciaplena de ser familiar (experienciarse como familia), que le de a los hijos un sentido de arraigo, identidad, vinculación, pertenencia y ubicación; principios y valores rectoresacordados, comprometidos y practicados por el núcleo familiar; tiempo familiar de calidad; y la construcción de una hermosa cultura familiar (el espíritu de la familia, el clima oatmósfera del hogar, su carácter, la profundidad y la calidad y madurez de las relaciones, en otras palabras, la mentalidad de nosotros).
Educar implica además presencia en elhogar, a través del contacto nutritivo, que informa, tutorea, instruye, moldea, capacita, habilita y afirma; además de modelar. Concluye Manuel Barroso:”Como educadores lospadres tocan lo esencial, lo medular, lo intimo de las personas: mapas, valores, creencias, respeto por sí mismo, por el otro, por la vida, por las instituciones, por las leyes”.
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