Pasivización y subordinación de la mujer ante el hombre

Pasivización y Subordinación de de la Mujer Ante el Hombre

El tema del conflicto de los géneros tiene que ser abarcado necesariamente desde una perspectiva política, ya que inevitablemente existen entre ellos relaciones de poder que constituyen la subjetividad tanto individual como colectiva de ambos géneros: dominantes, dominados y resistencia. Generalmente, (si no es que siempre) loshombres han sido quienes han subordinado a las mujeres y a lo largo de la historia en gran parte de los discursos ejercidos por instituciones controladas por la hegemonía falogocentrista podemos encontrar que la mujer no sólo ocupa una posición pasiva ante el hombre, sino que debe subordinarse ante él. A continuación desarrollaré brevemente por qué y cómo es que se mantiene la desigualdad entre elgénero masculino y el femenino.

En primer lugar, lo diferente se ha transformado en peligroso, en inferior y por tanto menospreciado, ya que se tiene en cuenta que el hombre y lo masculino corresponden a lo establecido, a lo “normal”, y la mujer queda, paradójicamente, definida por la no definición, la mujer queda establecida de acuerdo a lo no establecido, a lo no conocido, a lo diferente. Así lamujer queda excluída, se le menosprecia y de esta manera es posible subordinarle. Negarla desde un principio es en sí ya una exclusión y, por ende, una forma de violencia.

Más adelante veremos algunos discursos por los cuales se mantiene la desigualdad de géneros. Centrémonos ahora en desarrollar cómo es que se puede mantener tal desigualdad. Dentro de la cultura de cualquier sociedad se llega aun consenso que legitima esta desigualdad, las relaciones de subordinación se vuelven naturales, son invizibilizadas ante primeras impresiones. Dentro de este consenso la discriminación, las exclusiones y las descalificaciones hacia las mujeres se convierten en cotidianeidades dentro de la sociedad, es decir, en una violencia invisible, y las características y modo de ejecución de esta violenciavarían de acuerdo al imaginario social establecido en cada cultura, el cual siempre estará determinado por las condiciones espacio-temporales en las que se presente.

Judith Butler menciona: “El movimiento a favor de la sexualidad dentro de la teoría y la práctica feministas ha alegado efectivamente que la sexualidad siempre se construye dentro de lo que establecen el discurso y el poder”[1].Ahora bien, los poseedores del poder se valen de las instituciones para instituir tanto en hombres como mujeres, a un nivel singular y colectivo de la subjetividad, el consenso que favorece más a los primeros que a las segundas, pues tienen como principal argumento atribuirle a la naturaleza lo que ha sido producido por la Cultura.[2] Este consenso da cuenta de dos principales ideas: 1º Es naturalque la mujer se subordine ante el hombre y 2º Ya no existe discriminación. Por medio del discurso de estas instituciones el consenso se naturaliza es ocultado. [3]

Dentro de las principales instituciones que dotan a los sujetos tanto femeninos como masculinos con el sentido de “mujeres dominadas, hombres dominantes” encontramos por principio de cuentas al lenguaje. El lenguaje (y propiamente,la lengua) es importante en la producción del consenso. Beauvoir afirma: “no hay escritura femenina”. Es obvio que la lengua española es una lengua excluyente de lo femenino, se manifiesta como una metonimia , pues categoriza a lo masculino como lo único, lo generalizable, dejando de lado lo femenino para atribuirle a ello lo desconocido, lo no significable. La Iglesia es explícita en elsometimiento de la mujer ante el hombre, en la Biblia se encuentra la siguiente cita como un ordenamiento para las madres instituir el siguiente discurso en sus hijas “[…] aconsejar a las jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos, a ser sensatas y puras, cuidadosas del hogar, bondadosas y sumisas a sus esposos […].[4], aunque esta particularidad pareciera innecesaria, pues basta hacer notar que de los...