Piedad Popular

Vivir la Fe en medio del Pueblo.
Estamos celebrando el Año de la Fe. Por eso, como responsable de la página de Catolicismo Popular de esta Revista, quiero que nos acerquemos a las manifestaciones de la fe enraizadas en nuestro pueblo.
La fe es el homenaje que le da el hombre a Dios por sus beneficios. Por la fe, el hombre se presenta ante Dios para darle gracias, consciente de que su mismoser no puede alcanzar su plenitud sin alabarlo y cumplir su voluntad, en la constante búsqueda del Reino.
Por la fe, el hombre se encuentra ante Aquel, que es tres veces santo y trascendente, con una actitud impregnada de reverencia.
Una de estas expresiones de la fe es la llamada religiosidad popular, que yo prefiero llamar, para no confundirla con otras expresiones religiosas populares:Catolicismo Popular.
Esta expresión de fe ha recibido en los últimos años una serie de críticas injustificadas en nombre de una presunta "pureza" de la fe. Se le cataloga de imperfecta, defectuosa, supersticiosa, mágica. Muchos dicen de ella: “Por ahora hay que tolerarla para no ahuyentar a los fieles. Pero necesita ser radicalmente transformada”. Algunos incluso la ven como idolátrica yabsolutamente apartada del auténtico comportamiento cristiano. Algunos teólogos, solamente preocupados por el componente social del mensaje evangélico, han catalogado al Catolicismo Popular como una forma de religiosidad alienante; religiosidad de derrotados política y económicamente; religión de esclavos, que conduce a la sumisión y a la resignación; creadora de un espíritu festivo que desvía la atención delos grandes problemas que tienen que sufrir.
Sin embargo, en los últimos años, gracias a la comprobación de sus frutos auténticos, en los documentos más importantes de la Iglesia, se ha invitado a la recuperación del aporte del Catolicismo Popular; a acercarse respetuosamente a él; a salvaguardar la riqueza de la piedad popular, expresión del sentir profundo y maduro de los creyentes; apurificarlo de los equívocos y de los peligros de sincretismo; a valorar su vitalidad como resistencia y reacción a una cultura tecnológica-pragmática y al utilitarismo económico.
Bien decía Juan Pablo II en su Carta Apostólica Vicesimus Quintus Annus: "la piedad popular no puede ser ni ignorada ni tratada con indiferencia o desprecio, porque es rica en valores, y ya de por sí expresa la actitudreligiosa ante Dios; pero tiene necesidad de ser continuamente evangelizada, para que la fe que expresa, llegue a ser un acto cada vez más maduro y auténtico”.
El Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia se refiere a ella en estos términos: “La piedad popular, considerada justamente como un "verdadero tesoro del pueblo de Dios", "manifiesta una sed de Dios que sólo los sencillos y los pobrespueden conocer; vuelve capaces de generosidad y de sacrificio hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe; comporta un sentimiento vivo de los atributos profundos de Dios: la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante; genera actitudes interiores, raramente observadas en otros lugares, en el mismo grado: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana,desprendimiento, apretura a los demás, devoción" (Directorio de Piedad Popular, 9).
Quiero citar dos documentos representativos del Episcopado Latinoamericano, que hablan bellamente de las manifestaciones de la Piedad Popular. Son los documentos de Puebla y Aparecida.
El Documento de Puebla tiene un tratamiento amplio y sistemático de la Religiosidad Popular. Puebla nos ofrece una frase lapidaria, que habríaque valorar en toda su amplitud:
«La religiosidad popular no solamente es objeto de evangelización sino que, en cuanto contiene encarnada la Palabra de Dios, es una forma activa con la cual el pueblo se evangeliza continuamente a sí mismo» (Puebla, 450).
En medio del sufrimiento, la Religiosidad Popular ayuda al pueblo latinoamericano a no desesperar de la solución de sus grandes problemas:...