Poema a un perro

Cuando era niño me gustaba ver las ondas en el agua. Me apasionaba seguir el eco visual que partía de una gota, de una gota que caía al pozo y que se expandía en la transparencia líquida provocandoun espectáculo geométrico y perfectamente diseñado por Dios.
Luego al paso de los años e inmerso en la rutina del crecimiento dejé por un largo tiempo de asombrarme de la vida, quizá por el trabajo,quizá por el adiestramiento social que cada vez me convencía más de buscar un futuro económico y ascender a un estatus social más alto. Me enseñaron que lo importante no está en la forma de las nubes,ni en el sonido del río, no está en las formas de las rocas ni en el crujido de las hojas secas. Dejé de sentir asombro y eso fue un balazo silencioso en mi alma.
Un día mi corazón por sí solo y encontra de la frivolidad de mi estado de vida comenzó a desearte, comencé a desearte con todas mis fuerzas y empecé la búsqueda de ti.
Pasé largos días de espera, soñé con el día en que llegarías,con tu tamaño, imaginé como serías, como actuarías, qué cosas aprenderías… y por alguna razón te empecé a amar sin siquiera haberte conocido.
El día que llegaste no emitiste ni un sonido, solo memirabas y te preguntabas seguramente quién era yo sin imaginar que sería la persona que más te amaría en el mundo. Ese día recordé como hoy mis inquietudes infantiles, porque ese día cuando te vi dormirpor vez primera, escuché el latir de tu pequeño corazón.
Hemos pasado algunos meses juntos y nada tiene que ver con mis predicciones sobre ti. Has sido por mucho mejor, como esa gotita o mucho másimpresionante, que siendo solo una se expandió dentro de mí para llenarme de alegrías. Desde que llegaste recomencé a asombrarme de la creación divina y me partí de risa con tus travesuras y ocurrencias.El primer mes lloré por alguna tontería, y tú me diste una caricia a tu manera, llenándome todo de baba. Y sabes qué, no me dio asco, porque me di cuenta de que cuando algo te dolía en el cuerpo lo...